2009/10/09

Japón estudia incentivos económicos para elevar la tasa de natalidad entre su población

Por Daisuke Wakabayashi y Miho Inada

Japón quiere crear el ambiente perfecto para que sus ciudadanos conciban más hijos. Pero en lugar de cenas románticas a la luz de las velas, el plan del gobierno depende de grandes cantidades de dinero.

Preocupados por la caída de las tasas de natalidad y el envejecimiento de su población, los nuevos líderes de Japón están proponiendo pagos mensuales para los nuevos padres que totalizarían hasta US$3.300 al año por cada nuevo hijo hasta que cumplan 15 años. Otras iniciativas incluyen guarderías subsidiadas por el Estado y exenciones de la matrícula.

Los expertos, sin embargo, advierten que el dinero no es razón suficiente para tener hijos. Los gobiernos han tenido resultados dispares con programas de incentivos a la natalidad, ya que el factor económico algunas veces no puede superar otras fuerzas sociales complejas que afectan la decisión de tener hijos.

En Japón, esto incluye la dependencia en las madres para que desempeñen la mayor parte de las labores del hogar, incluyendo la crianza. Los demógrafos dicen que Japón puede tener más éxito si también anima a los hombres a ir a la casa y lavar los platos.

Francia, Alemania, Dinamarca, Holanda y otros países han ofrecido incentivos económicos a sus ciudadanos para que tengan más hijos, pero los resultados han dividido a los investigadores.

En general, concuerdan en un punto: el dinero ayuda hasta cierto punto. Otros factores importantes que los gobiernos deben considerar son la aceptación de las madres trabajadoras y una cultura corporativa dispuesta a brindar más apoyo.

Sin cambios clave que promuevan compartir la responsabilidad en la crianza de los hijos "ni todo el dinero del mundo puede marcar una diferencia a largo plazo", afirma David Coleman, profesor de demografía de la Universidad de Oxford.

El gasto considerado en Japón tiene como fin evitar un mayor costo fiscal por el cuidado de los ancianos. La tasa de natalidad de Japón de 1,37 niños por mujer significa que menos personas tendrán que trabajar más para financiar el envejecimiento de la población y respaldar su masiva deuda. Para solucionar esto, el nuevo primer ministro, Yukio Hatoyama, y su Partido Democrático proponen más que triplicar los pagos gubernamentales por hijo.

El partido estima que los incentivos le costarían al país unos US$71.000 millones por año. Esa suma es más baja que el costo que le significa a Japón el envejecimiento de la población. El gasto público en pensiones ya asciende al 8,7% del PIB de US$4,9 billones (millones de millones), según cifras de la Organización para el Desarrollo y la Cooperación Económica.

Japón espera seguir el ejemplo de países como Francia, que gastan 3,8% del PIB en políticas familiares.

Joseph Stiglitz detecta un cambio positivo en el FMI

Por Bob Davis

Durante años, Joseph Stiglitz ha sido la némesis del Fondo Monetario Internacional. Desde la crisis asiática de hace una década, ha acusado al FMI de empeorar la situación en los países en desarrollo al obligarlos a reducir los déficits fiscales en medio de recesiones, en lugar de ayudarlos a implementar políticas expansionistas. Sin embargo, este premio Nobel de economía y autor detecta un cambio en la conducta del Fondo. Stiglitz analizó sus posturas con The Wall Street Journal durante la reunión anual del FMI en Estambul.

WSJ: ¿Cuál fue la parte más significativa de la reunión del FMI?

Stiglitz: La afirmación contundente que hizo [el director gerente Dominique] Strauss-Kahn de que las consecuencias de una retirada [del estimulo fiscal] son asimétricas. Si se hace demasiado pronto, los costos son muy altos en comparación con si se espera demasiado. Y su afirmación de que deberíamos esperar hasta que el desempleo se reduzca por un tiempo suficiente [antes de empezar a retirar el estímulo]. Se trata de un cambio respecto a lo que el FMI ha propugnado históricamente. Ahora está diciendo que cree en la economía keynesiana, que el estímulo funciona y que le preocupa el desempleo.

WSJ: Uno de los temas que generaron mayor discusión en la reunión del FMI fue la idea de Strauss-Kahn de convertir al Fondo en una suerte de banco central global, un prestamista de última instancia para países. Parte de su idea era animar a los países a reducir sus reservas en moneda extranjera. ¿Qué opina?

Stiglitz: Me sorprendió lo mucho que se habló [en Estambul] de las reservas globales...las reservas son importantes. Si los países mantienen grandes cantidades de reservas, ese dinero no está siendo gastado. Cuando decimos que necesitamos más demanda global, una manera evidente de resucitar esa demanda es arreglar el sistema de reservas globales.

WSJ: ¿Le pareció que la propuesta de Strauss-Kahn era la adecuada o tiene algo diferente en mente?

Stiglitz: Es sólo el principio del debate. El argumento es que si los países pudieran acudir a su amable banco local —el FMI— cuando necesiten dinero, tendrían menos necesidad de apuntalar sus reservas.

El problema es que si uno va a deshacerse de este seguro, que es lo que acumular reservas viene a ser, y trasladarse a una cooperativa aseguradora a través del FMI, tiene que estar convencido de que cuando necesite el dinero, el FMI lo proveerá sin condiciones. Pero el FMI en el pasado siempre ha operado con mucho más recato...

Incluso los países cuyas políticas son consideradas buenas [por el FMI] saben que sus futuros gobiernos podrían no ser bien considerados. Uno no quiere acabar en una situación en la que no ha acumulado reservas y no se lleva bien con el FMI.

Es poco probable que los países tengan la suficiente confianza en este nuevo seguro colectivo para dejar de lado su deseo de tener un seguro.

WSJ: ¿Tiene una idea mejor?

Stiglitz: Hay varias ideas mejores que se aproximan más a lo que [John Maynard] Keynes quería cuando fue a Bretton Woods [donde se crearon el FMI y el Banco Mundial]. La estructura básica es algo así: los países del mundo se reúnen y deciden emitir una nueva moneda de reserva global que se podrá cambiar a sus monedas.

Cada año emiten cierta cantidad de esta reserva, que representa por ejemplo la mitad de lo que los países colocarían normalmente en reservas. Así que en lugar de tener que no gastar para acumular reservas, los países más pobres obtienen fondos que colocan en sus reservas y que pueden usar cuando quieran, a su conveniencia.

Le voy a dar una metáfora. Imagine que debajo del edificio del FMI se descubre una mina de oro. Cada año produce US$600.000 millones en oro. Entonces el FMI tendría que decidir a quién mandarle el oro. Digamos que había un sentido de justicia social y que lo distribuyen sobre todo a los países pobres.

Ahora los países tienen oro en sus reservas y no tienen que retirar parte de sus ingresos. Un poco más tarde a alguien se le ocurre que en realidad no hay que entregar el oro, sino sólo algunos trozos de papel que dicen que debajo del FMI hay oro del que usted es propietario. Entonces uno se da cuenta de que en realidad no importa que haya oro debajo del FMI, mientras la gente esté dispuesta a intercambiar sus pedazos de papel por otros pedazos de papel llamados euros o dólares.

WSJ: ¿No se necesitaría otra institución para distribuir estas nuevas reservas si no hay suficiente confianza en el FMI?

Stiglitz: A diferencia de [las prácticas del] FMI, no se podrá condicionar la entrega [de fondos]. [La institución] probablemente no podría llamarse FMI. Pero eso es menos importante que el tema más amplio de crear nuevas reservas y el carácter automático de la distribución.

WSJ: Sus comentarios suenan mucho más positivos acerca del FMI.

Stiglitz: Deberían recibir reconocimiento por no repetir los errores que cometieron durante la crisis asiática. Strauss-Kahn está presentando la institución de manera muy diferente. Están actuando de manera más abierta. Sin embargo, el FMI propugna políticas macroeconómicas contraccionarias en muchos de sus programas, tal vez en la mayoría. Hay ansiedad [en los países deudores]. Varios... se quejan de que se los está presionando para retirar sus estímulos.

2009/10/08

Washignton no interviene para frenar la caída del dólar

Por Jon Hilsenrath y Mark Gongloff

El dólar descendió ayer a su nivel más bajo en 14 meses contra otras monedas, un declive que el gobierno del presidente Barack Obama parece dispuesto a tolerar discretamente mientras proclama su apoyo a un "dólar fuerte".

Varios socios comerciales de Estados Unidos, sin embargo, parecen remar en la dirección contraria. Operadores manifestaron que los bancos centrales de Corea del Sur, Taiwán, Filipinas, Tailandia, Indonesia y Hong Kong volvieron a intervenir para frenar la caída de la divisa estadounidense contra sus monedas locales. "El baht se ha apreciado demasiado rápido comparado con nuestros fundamentos", dijo Suchada Kirakul, vicepresidente del Banco de Tailandia.

En Europa, donde la fortaleza del euro ensombrece las posibilidades de un crecimiento de las exportaciones, el presidente del Banco Central Europeo, Jean-Claude Trichet, aseveró el jueves que "la política declarada por EE.UU. de un dólar fuerte es extremadamente importante en las actuales circunstancias".

El dólar, que ha retrocedido 11,9% frente a una canasta de monedas desde que Obama asumió la presidencia, cayó un 0,6% adicional el jueves.

El Departamento del Tesoro de EE.UU. no comentó sobre la situación del dólar el jueves. En Estambul, después de una reunión con otros ministros de Finanzas, el secretario del Tesoro Timothy Geithner enfatizó públicamente la importancia de un dólar fuerte para EE.UU.

[Dolar]

No obstante, salvo por los comentarios de Trichet, pocos parecieron creer mucho en tal declaración. "EE.UU. está dispuesto a hablar de un dólar fuerte pero no a hacer algo al respecto", dice Jonathan Clarke, vicepresidente de FX Concepts, un fondo de cobertura neoyorquino que administra cerca de US$8.000 millones. "Si no respalda las declaraciones con acciones, son sólo palabras".

Hasta ahora nada sugiere que el debilitamiento del dólar haya activado las alarmas en Washington, y es poco probable que esto cambie a menos que el declive se convierta en una crisis de confianza, una posibilidad que algunos analistas han proyectado por años.

Por ahora, un dólar débil abarata las exportaciones estadounidenses, un acontecimiento positivo en momentos de crisis económica. Unos bienes estadounidenses más baratos podrían ayudar a lograr la meta buscada por mucho tiempo de rebalancear la economía global, con más exportaciones de EE.UU. y más importaciones de otros países, incluyendo China.

"Larry Summers, el secretario Geithner e incluso el presidente Obama han sido muy claros en que no sólo quieren una recuperación sólida, sino una recuperación distinta, que dependa menos de la demanda de los consumidores y más de las exportaciones y la inversión", dice Fred Bergsten, director del Instituto para Finanzas Internacionales Peter G. Peterson. "Parte de esos cambios tienen que incluir una tasa de cambio más competitiva para el dólar".

Asimismo, a pesar del desplome del dólar, los precios de las acciones estadounidenses han seguido subiendo. De hecho, dado que el 40% de las ganancias antes de impuestos de las empresas que componen el índice Standard & Poor's 500 provienen del exterior, según los cálculos de BofA Merrill Lynch Global Research, un dólar más débil puede impulsar un alza en las acciones estadounidenses.

Al mismo tiempo, las tasas de interés que el Departamento del Tesoro tiene que pagar sobre su deuda han permanecido bajas. Siempre y cuando ese sea el caso y el declive del dólar sea paulatino, es probable que el gobierno de Obama se mantenga al margen y se limite a repetir sus comentarios sobre un dólar fuerte. La divisa estadounidense no fue mencionada la semana pasada en el comunicado emitido por los ministros de Finanzas del Grupo de los Siete tras su reunión en Estambul.

La caída del dólar preocuparía a la Reserva Federal si pareciera que está elevando las expectativas de una inflación más alta en los mercados y los consumidores. Hasta ahora, sin embargo, dichas expectativas no parecen generalizadas, aunque el precio del oro, algunas veces visto como un precursor de la inflación, batió un récord esta semana y se empinó sobre US$1.056 la onza.

En Washington, el reciente descenso de la moneda es interpretado como una señal de que la crisis está perdiendo intensidad. Los inversionistas que, en medio de la crisis, se refugiaron en los bonos del Tesoro estadounidense, considerados más seguros, ahora están vendiendo dólares en busca de inversiones que ofrezcan una mayor rentabilidad.

Fuente: WSJ

2009/10/07

Brasil y el FMI

por Lex Financial Times

Qué quince días tan memorables para Brasil. La victoria de Río de Janeiro sobre tres metrópolis del mundo desarrollado para albergar los Juegos Olímpicos del 2016 elevó la autoestima de un país deseoso de respeto en la escena mundial.

Esto vino acompañado de otros dos eventos que, pese a provocar menos sambas, seguían siendo importantes: la consecución de la valoración de grado de inversión por parte de Moody's, la única de las tres grandes agencias de ráting que aún no se lo había otorgado, y el acuerdo de Brasil para conceder al Fondo Monetario Internacional un crédito de 10.000 millones de dólares (6.836 millones de euros) –después de años de recibir fondos–.

El acuerdo con el FMI forma parte de los 80.000 millones de dólares que se espera que los países BRIC (Brasil, Rusia, India y China) entreguen al organismo. Estas naciones, propietarias de reservas por un valor colectivo de 2,8 billones de dólares, buscan una mayor influencia en la institución. Con un poder de voto inferior al 10% –por debajo del 33% que maneja el bloque de los países que conforman la UE– se sienten poco representados. Las reformas aprobadas para aumentar los derechos de voto de las naciones en vías de desarrollo en cinco puntos porcentuales no bastan para que desaparezca la percepción de que el FMI es una institución fundamentalmente noratlántica.

Los críticos con los grandes cambios en el statu quo podrían exponer que las ampliar reservas reflejan en parte los beneficios fugaces, derivados de las materias primas, de países como Brasil y Rusia, que en los últimos 11 años han sido algunas de las naciones que más fondos han solicitado al organismo. Aunque su riqueza ha aumentado, los sistemas financieros de los BRIC aún son más primitivos que, por poner un ejemplo, el de Bélgica.

Pero la crisis bancaria de los dos últimos años ha echado por tierra este argumento. Por primera vez, las naciones en vías de desarrollo han paliado una crisis originada en los países desarrollados. Los BRIC son una fuente obvia de fondos para sostener la recuperación global, así que, ¿por qué no reclamar más peso? Como las instituciones occidentales se han encargado de recordarles durante las distintas crisis periódicas a lo largo de los años, el dinero manda.

The Financial Times Limited 2009. All Rights Reserved

Joseph Stiglitz propone un impuesto global a los bancos

Por Joy C. Shaw

ESTAMBUL (Dow Jones)-La imposición de un impuesto a las instituciones financieras a nivel global es necesaria para mejorar la eficiencia de la economía mundial y para conseguir fondos para ayudar a los países en desarrollo, dijo el lunes Joseph Stiglitz.

Stiglitz habló durante un receso en la reunión anual del Fondo Monetario Internacional. En síntesis, la idea consiste en cobrar un impuesto a los bancos como parte de un ajuste a las regulaciones. La idea de Stiglitz es similar a la propuesta hace 30 años por James Tobin.

Los ingresos provenientes del impuesto deberían ser usados para aumentar la ayuda para el desarrollo de las naciones de bajos ingresos y emergentes, dijo Stiglitz, un ex economista jefe del Banco Mundial y ganador del premio Nobel de Economía.

Los ingresos generados por la medida ascenderían a entre US$60.000 y US$70.000 millones al año, menos de la décima parte del tamaño del Programa de Alivio para Activos con Problemas, o TARP, del Gobierno de Estados Unidos para los bancos, destacó.

Stiglitz dijo que el sector financiero de Estados Unidos y el resto del mundo han sido excesivamente subsidiados, especialmente tras la crisis financiera mundial.

Les tomó sólo una hora a los políticos ponerse de acuerdo para dar a los bancos más que lo que todos los países desarrollados fueron capaces de dar a los países en desarrollo en una década, dijo.

"¿Quién está más necesitado, los banqueros estadounidenses o los países en desarrollo? Es difícil no llegar a la conclusión de que nuestros valores fueron destruidos", señaló.

Los gobiernos han "dado (a los bancos) dinero cuando ellos realizaron malos préstamos", añadió. "Esa es la razón por la que hay un consenso amplio de que debería imponérseles tributaciones".

Stiglitz indicó también que la necesidad de que el mundo cree un nuevo sistema de reservas internacionales de divisas para reemplazar al actual sistema basado en el dólar estadounidense se ha vuelto una cuestión de "sentido común".

Sin embargo, agregó que crear un nuevo sistema de reservas basado en los derechos especiales de giro (DEG) -una moneda artificial para propósitos contables del Fondo Monetario Internacional- como han sugerido China y otras naciones desarrolladas, no es su solución preferida.

"La asignación de los DEG tiene limitaciones institucionales", dijo. "El mayor receptor de DEG es Estados Unidos. Nosotros no somos el país que necesita las reservas".

Además difícil transferir los DEG desde un país a otro, dijo.

Fuente: WSJ

2009/10/06

Menos dependencia de la banca del BCE=Menos beneficios para el BCE

por Daniel Badía

El Banco Central Europeo (BCE) realizó la semana pasada su segunda subasta de liquidez de la historia a un plazo de un año, dentro del paquete de medidas de emergencia de la institución para apoyar al sistema. Sin embargo, la banca sólo demandó 75.241,2 millones frente a los 137.500 millones y 135.000 millones que preveían los consensos de analistas elaborados por Bloomberg y Reuters, respectivamente.

La cantidad sorprendió porque los bancos cuentan con una barra libre en toda regla, es decir, pueden captar todo el dinero que quieran y a un tipo de interés fijo del 1%; y sobre todo después de que en junio recibieran préstamos por valor de 442.000 millones de euros.

Aunque no sea el objetivo del BCE, puesto que estas herramientas las facilita con el fin de desatascar el mercado interbancario y conseguir que el dinero fluya desde la banca a la economía real, lo cierto es que la caída de la demanda en las subastas se traduce en unos menores beneficios para el BCE.

La operación de la semana pasada le reportará 750,30 euros al banco emisor. Esta cantidad resulta de calcular el 1% TAE sobre el importe inyectado y sobre el plazo al que se presta de 364 días, es decir, el tipo aplicado se queda en 0,9972% sobre 75.241,2 millones.

Estos ingresos suponen un descenso del 83,3% respecto a la operación que realizó el BCE en junio, en la que inyectó 442.000 millones de euros a 371 días y al mismo tipo de interés. De ésta sacó 4.495,10 millones de euros. Aun así, con las dos inyecciones a un año que ha realizado la institución monetaria se ha ingresado unos 5.245,4 millones de euros.

Desde el nacimiento del BCE, siempre se han realizado subastas a un plazo de entre una semana y tres meses. Pero desde el 15 de octubre de 2008, además de alargar los vencimientos de los préstamos hasta seis y doce meses, inició la barra libre de liquidez, con lo que ha recibido unos beneficios extra de 900 millones de euros, según publicó Financial Times.

En total, el BCE había ganado 15.184,7 millones de euros con el dinero prestado a la banca en las subastas desde comienzos de octubre de 2008 y hasta comienzos de septiembre, según cálculos de EXPANSIÓN a partir de los datos del BCE.

Dentro de este volumen se incluyen unas ganancias de 3.992,7 millones, resultantes de las inyecciones de liquidez a corto plazo, en las que el BCE otorga créditos a un periodo máximo de una semana (operaciones principales de financiación); otros 11.192,63 millones procedentes de las subastas a un plazo de uno, tres y seis meses, y a un año; y 26,59 millones de una operación de ajuste a 16 días realizada el 23 de diciembre del año pasado.

Por otro lado, el BCE realiza operaciones de drenaje de liquidez a un día cuando detecta un excedente de dinero en el sistema, con lo que evita distorsiones en el tipo interbancario. A cambio, el banco central paga a la banca por captar esa liquidez. Desde el 15 de octubre, ha realizado diez operaciones a un tipo medio de entre el 0,64% y el 3,51%, en las que ha pagado un total de 51 millones.

A su vez, hay que descontar lo que ha otorgado el BCE por la facilidad de depósito, una cuenta remunerada que, actualmente, paga un tipo del 0,25% a la banca por dejar su excedente de liquidez a un día. El BCE ha tenido que desembolsar 1.277,37 millones por esa facilidad de depósito desde octubre y hasta el 1 de septiembre.

Fuente: Expansión

EEUU: crecimiento sin inflación y sin crédito

por José Carlos Díez. Economista jefe de InterMoney

Esta semana se publicarán pocos datos macro relevantes y el libro Beige de la Fed que centrará, junto con los discursos de los miembros del Comité de política monetaria de la Fed (FOMC), la atención de los inversores. El libro recopila información desde la última reunión del FOMC y muchos datos qeu aún no han sido publicados oficialmente por lo que siempre tiene interés conocer el contenido del informe.

La economía sale con mucha inercia de la recesión y todo anticipa que el libro seguirá destacando una mejoría de la actividad generalizada en la mayoría de distritos. Especialmente relevante será su diagnóstico del sector residencial donde las ventas de viviendas y los precios han comenzado a repuntar, aunque tras un desplome histórico.

Los indicadores de precios y salarios seguirán mostrando atonía, aunque ya deberían ir remitiendo las presiones deflacionistas que recogían libros anteriores. Por lo tanto, un mundo idílico para las bolsas, más aún si su principal competidor, los bonos de largo plazo, no paran de caer en rentabilidad y de perder atractivo.

Por lo tanto, el ajuste de las cotizaciones que provocó el mensaje del FOMC que anticipaba que la Fed comenzaba a desmontar su política cuantitativa debemos entenderlo como una toma de beneficios sana para consolidar niveles pero la caída de las bolsas tiene un suelo próximo.

Lo que más controversia genera de los Libros Beige anteriores es que siguen detectando restricción de crédito y aún así se nota una significativa mejoría en la actividad económica. La Fed acaba de publicar su última encuesta bancaria y las entidades reconocen que están disminuyendo sus requisitos para conceder crédito con respecto a los máximos de marzo pero aún siguen muy por encima de sus promedios históricos por lo que el credit cruch minora pero sigue vivo.

La mejor señal que confirma este escenario es que los diferenciales de crédito efectivo a empresas y familias tocaron un máximo en marzo y desde entonces no han dejado de caer.

Como en cualquier mercado, una contracción de demanda de crédito debería haber llevado a una caída de los diferenciales por lo que el aumento de los diferenciales que se ha producido en los dos últimos años es la mejor medición de la restricción de oferta de crédito.

Los tipos oficiales están en el 0%, los tipos de largo plazo están en mínimos históricos pero los tipos hipotecarios siguen próximos al 5%, por lo tanto su diferencial ha caído significativamente pero sigue siendo muy elevado. Si tenemos en cuenta que los salarios apenas crecen, el tipo hipotecario real sigue siendo elevado desincentivando la demanda de crédito. En el caso de crédito a empresas minorista las conclusiones son similares.

Sin embargo, si se estudian los episodios de crisis financieras comparables a la actual, el crédito es un indicador coincidente de la recesión pero es un indicador muy retrasado de la recuperación. Cuando la demanda efectiva cae con tanta intensidad, el uso de la capacidad instalada ociosa aumenta significativamente. Luego, en la fase de recuperación, el aumento de las ventas no obliga a las empresas a acometer nuevas inversiones hasta que agotan su exceso de capacidad.

Además, se produce un proceso de selección natural durante la crisis y las empresas más vulnerables, financieramente hablando, desaparecen o son absorbidas por otras con una posición financiera más sólida, lo cual también reduce estructuralmente la demanda de crédito. Las que sobreviven, paralizan sus proyectos de inversión que no generan flujos positivos de caja y se centran en sus proyectos ya amortizados que generan flujo de caja diariamente.

Al frenar sus inversiones por motivo precaución, aumentan significativamente su ahorro y cuando necesitan acometer nuevas inversiones lo hacen con autofinanciación. Por lo tanto, hay fundamentos microeconómicos para justificar la evidencia de que el crédito es un indicador retrasado en la fase de recuperación.

En suma, todo está preparado para una recuperación en 'V' y tan sólo la Fed podría aguar la fiesta y provocar una 'W'. No obstante, si lees sus comunicados y los discursos de los miembros del FOMC, especialmente de Bernanke, la posibilidad de un escenario en 'W' les obsesiona y van evitar por todos los medios tirar del freno de mano y serán extremadamente cautos retirando la excesiva liquidez en el mercado. De momento la inflación es un aliado en su estrategia y los tipos de largo plazo en el mercado también.

Fuente: Expansión

2009/10/05

El nuevo rol del FMI: ser la mano derecha del G-20

Por Bob Davis

ESTAMBUL—El director gerente del Fondo Monetario Internacional, Dominique Strauss-Kahn, está haciendo campaña para convertir el fondo en una especie de banco central con al menos US$1 billón (millón de millones) en activos para prestar a países en desarrollo en caso de una crisis.

"Estas reuniones anuales pueden ser el punto de partida para un nuevo FMI", dijo en una conferencia de prensa antes de inaugurar la asamblea anual de la organización. "Y cuando les estén hablando a sus nietos les podrán decir que estuvieron en Estambul durante este momento".

Pero una realidad muy diferente se esta configurando: esencialmente, el FMI se está transformando en el brazo de gestión del G-20, una organización de países desarrollados y en vías de desarrollo que no tiene una sede permanente, personal ni reglas de afiliación. Hasta ahora, los líderes del Grupo de los 20 han operado como la junta directiva de la economía global y necesitan que el FMI los ayude a desarrollar esa función.

De der. a izq.: el director gerente del FMI, Dominique Strauss-Kahn; el ministro de Finanzas de Egipto y cabeza del comité de políticas del FMI, Youssef Boutros-Ghali, y el subdirector gerente del FMI, John Lipsky, en una conferencia de prensa el 4 de octubre.

El FMI analizará planes propuestos por los países del G-20 para estimular el crecimiento y supervisará el nivel de cumplimiento de sus miembros. Junto con la Junta de Estabilidad Financiera, una organización de banqueros centrales y reguladores, el FMI desempeñará una tarea similar sobre propuestas de regulación, incluyendo un posible impuesto sobre las instituciones financieras para que ayuden a pagar por el desmantelamiento de firmas en problemas que de otra manera serían consideradas demasiado grandes como para dejarlas colapsar. El G-20 también cuenta con el FMI para emitir advertencias sobre la inminencia de burbujas de activos y otros problemas graves.

En una reunión en noviembre en Escocia, los ministros de finanzas del G-20 planean determinar los procedimientos precisos para esto.

"Esperamos que el FMI juegue un papel clave y colabore en la evaluación de las políticas económicas y financieras del G-20, así como en la definición de una postura de vista sobre el equilibrio y sostenibilidad de la economía global", dijo el secretario del tesoro de EE.UU., Tim Geithner, a un comité del FMI.

La estructura más dinámica es la respuesta a un continuo problema político del fondo: sus accionistas más grandes a menudo ignoran sus consejos. El FMI presionó durante años a China para que aceptara que su moneda estaba peligrosamente devaluada, pero luego el fondo cedió para reparar las relaciones con Beijing. EE.UU. ha ignorado las recomendaciones del FMI sobre los bancos.

Ahora, el G-20 manejará la política de la economía global principalmente a través de la evaluación de sus políticas entre los mismos miembros y la presión a los países para que cumplan sus promesas. En el caso de China, eso significa depender menos de las exportaciones (y por consiguiente dejar que su moneda se aprecie), y en el caso de EE.UU. significa la reducción de su deuda a largo plazo. El G-20 "le dará una ventaja política a algunas de las cuestiones que tienen lugar en el FMI", dijo el ministro de Hacienda británico, Alistair Darling.

Una disputa creciente fue evidente en la asamblea de Estambul. En una reunión independiente, el presidente de la junta directiva de Deutsche Bank AG, Josef Ackermann, se quejó de que las nuevas capas de regulación que están siendo consideradas por el G-20 podrían asfixiar el crecimiento. Geithner y Darling rechazaron las advertencias del banquero. "Eso no se compara con el mayor riesgo que enfrentamos hoy", agregó Geithner.

El nuevo papel de administrador del FMI podría aliviar las presiones políticas sobre el G-20 que ejercen naciones que no son parte del club. El ministro de Finanzas de Egipto, Youssef Boutros-Ghali, que encabeza el comité de políticas del FMI, se preguntó "¿cuál es el papel de los otros 165 países? Son 2.000 millones de personas que se quedan fuera".

El cambio en el poder institucional global también se reflejó en otro frente. Los ministros de Finanzas del G-7 (EE.UU., Canadá, Reino Unido, Francia, Italia, Alemania y Japón) se reunieron, como es habitual, antes de la asamblea anual del FMI. En el pasado, dichos encuentros llegaron a opacar al FMI. Esta vez, el G-7 jugó un papel de bajo perfil.

Reino Unido: Las normas de liquidez de la FSA

por Lex Financial Times

¿Qué precio tiene un dañado sistema financiero? La última medida de seguridad, las nuevas normas de liquidez de la Autoridad de Servicios Financieros británica (FSA), tiene un precio anual de 2.200 millones de libras (2.407 millones de euros).

Los bancos británicos y las entidades extranjeras con presencia en Reino Unido tendrán que aumentar sus carteras de bonos gubernamentales de baja rentabilidad por un valor inicial de 110.000 millones de libras para acumular reservas más grandes y de mayor calidad.

Junto con los requisitos de capital más altos, el abandono obligado de los activos con altos rendimientos es otro movimiento bienvenido para hacer que las entidades tóxicas sean seguras para la sociedad. Al forzar a las entidades a garantizar su propia seguridad, se las obliga a asimilar una mayor cantidad de los costes que traspasan periódicamente a los contribuyentes. Los bancos tendrán más dificultades para generar beneficios asumiendo riesgos extremos de liquidez, sabiendo que serán rescatados en una crisis.

Los grupos de presión exponen que esto amenaza la competitividad de los bancos británicos. El regulador ha hecho bien en mantenerse firme. El argumento que plantea es que las medidas mejorarán la fortaleza competitiva del sector de servicios financieros británico, que depende de que otras compañías confíen en que las firmas que operan están saneadas. La existencia de importantes jugadores con modelos de financiación de alto riesgo dependientes de los mercados mayorista y de titulizaciones resultó no ser una buena base para que Reino Unido obtuviera una ventaja competitiva sostenible en el sector de los servicios financieros. A todas las empresas les interesa exigir sólidos niveles de liquidez para sus rivales, ya que la crisis ha demostrado que las compañías más débiles –como Northern Rock y HBOS– pueden provocar una crisis de confianza en el mercado que afecte al resto de empresas.

El análisis coste-beneficios de la FSA tiene más que ver con el arte que con la ciencia. Reduciendo la probabilidad e intensidad de las crisis financieras se ayuda a evitar fuertes caídas en la producción y el empleo. Sin embargo, cualquier beneficio de este tipo desaparecería inevitablemente cuando los bancos compensasen la pérdida de rentabilidad sobre sus activos aumentando las comisiones a consumidores y empresas. El incremento en el coste de la financiación bancaria provocará que las empresas que no tienen acceso al mercado de bonos renuncien a inversiones poco rentables, reduciendo así la producción y el número de trabajadores. La FSA hace bien en seguir adelante con las nuevas normas. Es un pequeño precio a pagar por una industria de servicios financieros más sostenible.

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El FMI promete eliminar el control europeo y dar paso a los emergentes

por Expansion.com/Efe

Los países miembros del Fondo Monetario Internacional se han comprometido a poner fin al control europeo de la jefatura del organismo, respaldando la decisión que tomó el G-20 en Pittsburgha, y podrán acceder personas de las regiones no europeas del mundo. En abril aprobará un nuevo proceso de selección "de la gerencia" de la entidad que será "abierto, basado en el mérito y transparente".

El Comité, que es el principal órgano directivo del FMI, hizo su declaración al término de su encuentro semestral, que ha tenido lugar en el Centro de Convenciones de Estambul.

Desde su fundación en 1944, todos los directores gerentes del Fondo han sido europeos, mientras que el número dos ha sido estadounidense. Al mismo tiempo, Estados Unidos se ha reservado la designación de los presidentes del Banco Mundial.

Se respalda la decisión del G-20 en Pittsburgh
El Comité ha respaldado de este modo la propuesta del G-20 de transferir un 5% del voto en el seno del FMI de los países ricos sobre-representados a las naciones en desarrollo "dinámicas" e infra-representadas. En la práctica esto significa una cesión de voto de Bélgica, Suiza y posiblemente Reino Unido y Francia, por ejemplo, a países como China, Brasil, México, la India y Rusia.

Dado que en el Comité están representados los 186 miembros del organismo, su declaración imprime fuerza especial al acuerdo alcanzado en la cumbre presidencial del G-20 de Pittsburgh hace una semana.

"El poder debe dividirse al 50%"
El ministro de Economía de Brasil, Guido Mantega, ha insistido en su intervención ante el Comité en que el 5% es el mínimo, y demandó que se ceda un 7% del voto. Eso dividiría el poder al 50% entre países avanzados y en desarrollo en el seno del FMI.

"Esperamos que los países avanzados sobrerepresentados se percaten de que pueden perjudicar mucho al Fondo si intentan bloquear o atrasar la reforma", dijo Mantega.

Por su parte, el director gerente del organismo, el francés Dominique Strauss-Kahn, recalcó en una rueda de prensa posterior a la reunión del Comité que una transferencia del 5% "no estaría mal" y se añadiría al 2,7% aprobado el año pasado.

Gran cambio en la estructura económica mundial
Los cambios en el G20 y el FMI son un reflejo de un gran cambio en la estructura económica mundial que ha quedado especialmente patente durante la crisis, generada en los países ricos.

Las naciones en desarrollo ayudan a salir al resto del mundo de la recesión con su repunte actual y demandan una influencia en los órganos de poder en consonancia con su nuevo peso económico. Además, son la clave para un crecimiento más equilibrado en el futuro, puesto que el mundo "no podrá confiar tanto en el gasto estadounidense para impulsar el crecimiento", según comunicó en la sesión del Comité Timothy Geithner, secretario del Tesoro de EEUU.

Reformas financieras "sin retrasos"
En su declaración, el órgano directivo también urgió a que se adopten reformas financieras "sin retrasos" y los países miembros se comprometieron a "evitar el proteccionismo en todas sus formas".

También han encargado a los expertos del FMI que preparen para la asamblea de abril un informe que detalle los principios para la retirada coordinada de las medidas de estímulo fiscal en todo el mundo.