2011/08/12

La agitación bursátil frena las salidas a bolsa

Por Shayndi Raice y Randall Smith

Desde Nueva York a Silicon Valley, ejecutivos, inversionistas y banqueros están haciendo una pausa mientras la confusión de los mercados arroja dudas sobre una nueva cosecha de empresas de tecnología que quieren salir a bolsa.

De momento, cuatro firmas de tecnología han aplazado sus planes de debutar en el mercado debido al escaso entusiasmo de los inversionistas. A la vez, los precios de las acciones de compañías de Internet que acaban de salir a bolsa, como el sitio de música Pandora Inc. y la red social LinkedIn Corp., han sido castigados por los mercados.

El problema no se limita a las empresas nuevas de Internet. El gobierno de Estados Unidos dejó en suspenso sus planes de vender el resto de su participación en General Motors Co. porque las acciones de la automotriz han tenido un despeño peor de lo esperado este año, dijeron fuentes al tanto.

"El ruido que acaban de escuchar ha sido el de la ventana de salidas a bolsa que se acaba de cerrar", escribió el lunes en su cuenta de Twitter Geoff Yang, socio en la firma de capital riesgo Redpoint Ventures en Menlo Park (California). Después de algunas conversaciones con empresarios, Yang explicó que existe la creencia de que hemos sufrido "un cambio significativo que puede ser parte del nuevo orden mundial durante un tiempo"

InvenSense Inc., una empresa que suministra sensores de movimientos usados en la electrónica de consumo, pospuso su oferta inicial de acciones el martes debido a las malas condiciones de mercado, según fuentes de Wall Street. Un portavoz de la empresa confirmó la decisión pero rehusó hacer comentarios adicionales.

La decisión de InvenSense se produjo después de que TIM W.E. SGPS SA, una empresa portuguesa de marketing móvil, entretenimiento y pagos, que quería captar US$157,5 millones, retrasara su salida a bolsa.

"En periodos como este, los mercados no buscan mercancía nueva", dijo Linda Killian, de Renaissance Capital. Según Killian, 21 empresas han establecido rangos de precios para operaciones que podrían sumar una recaudación total de US$2.400 millones, y 13 están siendo promocionadas activamente.

El miércoles, la firma de almacenamiento en línea Carbonite Inc. estableció un precio para su salida a bolsa en el rango más bajo en medio de un entorno adverso en el mercado. Se vendieron un total de 6,25 millones de acciones a US$10 la unidad, la parte baja de un rango que ya se había reducido a entre US$10 y US$11. El rango original era de entre US$15 y US$17.

De cara al futuro, las firmas de tecnología que quieren salir a cotizar en las próximas semanas pueden verse forzadas a dar marcha atrás. "Quien tenga planeada una gira de presentación después del 5 de septiembre tiene que estar un poco ansioso en este momento", dijo Horace Nash, de Fenwick & West LLP.

Tanto Groupon Inc. como Zynga Inc., especializada en juegos, han iniciado los trámites para empezar a cotizar entre septiembre u octubre.

Larry Sonsini, presidente de la firma de abogados especializada en tecnología Wilson Sonsini, dijo que es demasiado pronto para entrar en pánico. "Estamos afrontando las secuelas de mucha incertidumbre que en la realidad no afecta los fundamentos", manifestó. Su firma representa a unas 20 empresas que estudian salir a bolsa o están dando pasos para hacerlo. "Creo que, probablemente se trata de una pausa de corto plazo para dimensionar el temor y la psicología del momento en una perspectiva adecuada", explicó.

No todos tienen la misma confianza. Un banquero de Wall Street recordó que en el cuarto trimestre de 2008, en el peor momento de la caída de los mercados, se realizó una salida a bolsa en EE. UU. y predijo una sequía similar hasta que se estabilicen los mercados.

En lo que va del año, el total de salidas a bolsa en EE.UU, que han captado US$33.500 millones, ha sido el más elevado hasta la fecha desde 2000, según Dealogic, una consultora que hace seguimiento de estas operaciones.

Fuente: WSJ

2011/08/11

El temor de una recaída se hace más palpable

Por Phil Izzo y Ben Casselman

El riesgo de una nueva recesión de la economía de Estados Unidos se ha incrementado a medida que el país soporta la combinación de una desaceleración del crecimiento y las grandes oscilaciones en los mercados globales, de acuerdo con economistas encuestados por The Wall Street Journal la semana pasada.

Los 46 economistas consultados— no todos respondieron a todas las preguntas— estimaron las posibilidades de que EE.UU. se encuentre en una nueva recesión en 13% y consideran que las posibilidades de que lo esté a partir del próximo año en 29%, por encima del 17% que pronosticaron hace un mes.

No hay certeza de que se produzca otra recesión. La bolsa de Nueva York subió el jueves, en parte debido a una tranquilizadora señal de que el mercado laboral estadounidense no se ha descarrilado. Las solicitudes iniciales de beneficios por desempleo bajaron la semana pasada a 395.000, llevando el total por debajo del umbral de 400.000. Cuando el nivel de solicitudes es inferior a esa cifra se considera que el mercado está agregando más empleos de los que está eliminando. Los temores respecto a una crisis de la deuda europea también se redujeron levemente.

No obstante, el panorama es el de una economía cuyo crecimiento se ha desacelerado tan marcadamente que no haría falta mucho para empujarla a una contracción. Una recesión— de acuerdo con el Comité de Establecimiento del Ciclo de Negocios de la Oficina Nacional de Investigación Económica de EE.UU. , el grupo sin fines de lucro que fija el inicio y fin de las recesiones en ese país— es " una caída significativa en la actividad económica extendida a lo largo de la economía, que dura más que unos pocos meses".

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El problema es que el comité nunca declara que comenzó una recesión hasta que esta está en una etapa ya avanzada. La fecha oficial del comienzo de la recesión más reciente, diciembre de 2007, por ejemplo, no fue anunciada sino hasta diciembre de 2008.

Algunos economistas dicen que la distinción entre una recesión y el crecimiento extremadamente lento registrado hasta ahora carece de sentido. "Probablemente es un debate lingüístico, la recaída está en marcha", dijo Paul Ballew, economista principal de Nationwide.

Las revisiones al Producto Interno Bruto informadas el mes pasado muestran que la recuperación ha sido lenta, y que el crecimiento en el primer semestre del año se ubicó por debajo de 1% a una tasa anual ajustada estacionalmente. En el segundo trimestre el crecimiento fue de apenas 1,3% y luego de que este jueves se informase que el déficit comercial en junio fue mayor a lo esperado, los economistas de Goldman Sachs sugirieron que ese porcentaje podría ser revisado a la baja hasta alrededor de 0,9%. El lento crecimiento en la primera mitad del año ha llevado a los economistas consultados a recortar sus pronósticos para el resto del año y el próximo. Ahora esperan que el PIB crezca en 2011 apenas 1,6% y que en 2012 lo haga solamente 2,5%.

"La economía fue sacudida por una serie de golpes a comienzos de este año, así que pienso que se necesita solamente otro empujón modesto para que vuelva a la recesión" dijo la economista de Bank of America, Michelle Meyer.

Algunos economistas son más optimistas. Maury Harris, principal economista de UBS en EE.UU., dijo que ve un riesgo relativamente menor de una nueva recesión. Muchos expertos, dice, están demasiado concentrados en las limitadas opciones que tiene el gobierno y al mismo tiempo ignoran que la economía está mejorando por sí misma.

Fuente: WSJ

2011/08/10

El BCE calma los mercados de deuda europea

Por Brian Blackstone y Charles Forelle

FRÁNCFORT— El Banco Central Europeo (BCE) cumplió su promesa de comprar bonos españoles e italianos en gran escala, calmando a los inversionistas que temían que los líderes europeos se quedaran de brazos cruzados mientras la crisis de la deuda se propagaba a España e Italia.

Los rendimientos de los bonos de España e Italia se desplomaron el lunes, al igual que el diferencial con los de los papeles equivalentes de Alemania, considerados más seguros. El rendimiento de los bonos italianos a 10 años cayó a alrededor de 5,3% desde un poco más de 6% mientras que el de los españoles descendió a 5,15%.

El BCE compró los bonos de esos países por primera vez desde que creó su programa de adquisición de deuda hace 15 meses, dijeron operadores. La entidad no informó el monto que compró ni confirmó que haya intervenido en el mercado. Pero los cálculos indican que las compras podrían haber ascendido a entre 3.500 millones de euros (US$5.000 millones) hasta 5.000 millones de euros.

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Incluso la compra de 5.000 millones de euros es "una gota en el océano" en comparación con el tamaño de los mercados de bonos de Italia y España, opinó Ciaran O'Hagan, estratega de renta fija de Société Générale. "Su capacidad de impactar a los mercados no se verá en un día, sino con el tiempo", manifestó.

Las adquisiciones del BCE de bonos italianos y españoles no ayudaron a las bolsas europeas, que el lunes se derrumbaron junto con el resto de los mercados globales. Las bolsas de Londres, París y Fráncfort bajaron y los principales índices de Francia y Alemania perdieron más de 4% cada uno. Incluso las bolsas de Italia y España, que habían iniciado sus operaciones al alza, cerraron en baja. La bolsa de Milán cayó 2,3% y la de Madrid 2,4%. La bolsa de Atenas retrocedió 6% y alcanzó su menor nivel en más de 14 años.

El BCE anunció el domingo que "implementará activamente" su programa de compra de bonos, que fue reactivado la semana pasada luego de una pausa de cuatro meses. El organismo se limitó a comprar bonos portugueses e irlandeses la semana pasada.

El BCE no quiso comprometerse con compras más amplias en ese momento porque quería garantías de que Italia y España acelerarían sus reformas y planes de austeridad, y de que el fondo de rescate podrá comprar bonos en las próximas semanas. Con esos compromisos asumidos, el banco central estuvo dispuesto a entrar en un territorio inédito: la compra de bonos de los países más grandes de la zona euro.

Italia y España, tercera y cuarta economía de la región, respectivamente, tienen un Producto Interno Bruto de casi 2,7 billones de euros (millones de millones), casi 30% del PIB de la zona euro. Economistas de Royal Bank of Scotland calculan que el BCE y el fondo de rescate de Europa deberán tener 850.000 millones de euros en bonos de Italia y España para blindar a esos países. "No puedo imaginar que vayan a querer poner la cantidad de dinero que los mercados querrían para apuntalar a Italia y España, tendrían que ser cientos de miles de millones de euros", dijo Raoul Ruparel, analista del centro de estudios londinense Open Europe.

Los datos del lunes ilustran la tensión imperante en los mercados en los días previos a la intervención del BCE. Los bancos comerciales italianos duplicaron la cantidad de dinero que pidieron prestado al BCE el mes pasado llegando a 80.000 millones de euros (US$115.000 millones), un reflejo de sus dificultades para acceder a los mercados interbancarios para financiarse a corto plazo.

El BCE ha dejado en claro que combate la crisis de manera renuente. La entidad ha considerado desde hace tiempo que la principal responsabilidad por sacar a los países débiles de la zona euro de sus aprietos fiscales es de los contribuyentes de las economías fuertes, y no suya. El comunicado del presidente del BCE, Jean Claude Trichet, del domingo decía que la junta directiva del banco "considera fundamental que los gobiernos se preparen para activar" el fondo de rescate para comprar bonos en el mercado secundario. En otras palabras, seguir el ejemplo del banco central.

Fuente: WSJ

2011/08/09

El BCE lidera una operación para blindar a Italia y España

Por Brian Blackstone y Marcus Walker

FRÁNCFORT—El Banco Central Europeo (BCE) indicó que comprará bonos soberanos de Italia y España a gran escala en lo que constituye un salto cualitativo en la batalla de dos años de Europa para contener la crisis de la deuda.

La intervención del BCE para apuntalar a Italia y España representa un hito en el esfuerzo por combatir la crisis financiera. Hasta ahora, el banco central había insistido en que la principal responsabilidad recaía sobre los gobiernos nacionales y la decisión de comprar bonos italianos equivale a aceptar que los miembros de la zona euro no pueden o no quieren responder efectivamente. Ello transforma al BCE en el prestamista de última instancia de la región. El cambio podría cambiar la naturaleza de la unión monetaria europea.

La entidad manifestó que "implementará activamente" su programa de compra de bonos, que había pasado a un segundo plano durante más de cuatro meses antes de reanudar las adquisiciones de bonos irlandeses y portugueses la semana pasada.

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El comunicado, divulgado el domingo en la tarde, no mencionó específicamente a España ni Italia, aunque el mensaje quedó claro: luego de más de un año de actividad intermitente en el mercado de bonos de sus integrantes más débiles, el BCE está interviniendo para impedir que la crisis de la deuda griega termine contagiando a las economías más grandes.

El comunicado felicitó a Italia y España, la tercera y cuarta economía de la zona euro, respectivamente, por emprender "nuevas medidas y reformas en las áreas de políticas fiscales y estructurales". La decisión le concede a España e Italia "una cantidad importante de tiempo" y la declaración del banco central "apunta claramente en la dirección de una respuesta inminente y enérgica", señaló un informe de Royal Bank of Scotland.

La decisión, no obstante, generará un acalorado debate dentro y fuera del BCE.

Los 23 integrantes de la junta directiva del organismo ya estaban divididos entre los de países del norte y del sur respecto a las compras limitadas de bonos irlandeses y portugueses. Al menos tres presidentes de bancos centrales del norte de Europa, incluyendo el de Alemania, resistieron la medida, dijeron fuentes cercanas.

La decisión de comprar bonos de España e Italia produjo divisiones similares. El anuncio del viernes de la agencia crediticia Standard & Poor's de rebajar la calificación de AAA de la deuda de EE.UU. fortalece a los partidarios de la compra de bonos en medio de las preocupaciones sobre un nuevo brote de contagio en los mercados globales.

El BCE intentó la semana pasada reforzar la confianza de los inversionistas mediante la compra de bonos de Irlanda y Portugal, pero la medida no surtió el efecto deseado.

Estos dos países, junto con Grecia, ya recibieron paquetes de rescate europeos, quedando efectivamente al margen de los mercados de capitales.

Para detener de manera significativa el contagio de la crisis a España e Italia, los analistas creen que el BCE tendría que incrementar sus compras de bonos, un paso que la entidad había resistido. Desde que comenzó el programa, en mayo de 2010, ha comprado menos de 80.000 millones de euros (unos US$114.000 millones) en bonos griegos, irlandeses y portugueses.

Italia y España emiten entre ambas alrededor 600.000 millones de euros (unos US$856.800 millones) al año en deuda soberana. De acuerdo con Paul Mortimer-Lee, economista de BNP Paribas, "puede haber buenas razones para compras de entre 230.000 millones y 400.000 millones de euros".

Los opositores también tienen municiones. Comprar bonos del gobierno pone al BCE peligrosamente cerca de la esfera de la política fiscal, una preocupación particularmente aguda en Alemania.

Fuente: WSJ

2011/08/08

Un golpe para China, el mayor acreedor de EE.UU.

Por Lingling Wei y Andrew Browne

BEIJING—La rebaja de la calificación de crédito de Estados Unidos aumenta la presión sobre China para que transforme su economía dependiente de las exportaciones, que ha dado lugar a montañas de reservas en dólares cada vez más depreciados. No obstante, a los políticos chinos, como a sus pares estadounidenses, les cuesta tomar decisiones difíciles, pero necesarias, para impulsar el cambio.

Algunos analistas dicen que las duras palabras con las que China se ha dirigido a EE.UU. tras la rebaja de su deuda por parte de Standard & Poor's el viernes muestran el deseo de Beijing de desafiar el liderazgo económico global de Washington, que el país asiático cree que está en un inevitable declive.

Sin embargo, los analistas también dicen que los comentarios tienen como objetivo desviar la crítica dentro del país a la gestión económica del propio gobierno chino, que ha permitido que las reservas de la nación se disparen a más de US$3 billones (millones de millones), de lejos las mayores mundiales en divisas extranjeras.

En un editorial mordaz, la agencia de noticias estatal Xinhua calificó la rebaja como una "factura vencida que EE.UU. tiene que pagar por su propia adicción a la deuda y la disputa política corta de vista en Washington". También insistió en la petición de Beijing de que haya una "nueva, estable y segura divisa de reserva global".

La rebaja representa una bofetada para China, ya que es el mayor tenedor de bonos del Tesoro estadounidense, algo que se debe en gran parte a la política china de estimular sus exportaciones manteniendo devaluado el yuan. Beijing hace esto comprando dólares a los exportadores a cambio de yuanes y usando ese dinero para comprar deuda estadounidense, el único mercado en el mundo lo suficientemente grande y líquido como para soportar compras a tal escala. Las adquisiciones chinas de títulos estadounidenses han ayudado a mantener las tasas de interés en EE.UU. bajas durantes años, lo que contribuyó a crear la burbuja inmobiliaria que luego provocó el colapso de la economía mundial.

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Los líderes chinos se han mostrado preocupados por la seguridad de los bonos estadounidenses en manos de China, valorados en US$1,2 billones. La rebaja de S&P les da más motivos para ello mientras se aviva la crítica de quienes en China dicen que el gobierno ha gestionado sin cuidado las ganancias obtenidas con "la sangre y el sudor" de los trabajadores del país. En las últimas semanas, altos funcionarios chinos han tenido que defender esta política, lo que refleja una creciente angustia por el potencial de esta cuestión de convertirse en motivo de protesta entre los ciudadanos descontentos.

"Es una señal de advertencia para China", señala Zhao Qingming, analista de China Construction Bank Corp., unos de los cuatro grandes bancos estatales del país. "China debería tratar de equilibrar su balanza comercial tan pronto como sea posible". Explicó que si sigue manteniendo un superávit comercial, que fue de US$22.300 millones en junio, no le quedará otra que seguir comprando deuda soberana estadounidense.

De momento, el gobierno chino ha resistido las peticiones de que deje que su divisa flote libremente, pese a que ha dicho durante años que el país necesita transformar su economía a una que dependa más del consumo interno. Un yuan más caro daría mayor poder adquisitivo a los consumidores al abaratar las importaciones. El rechazo de Beijing a una apreciación más rápida del yuan, dicen los analistas, refleja el temor de que esto genere un duro golpe para una economía que ha tenido un crecimiento asombroso en las últimas tres décadas y ha ayudado al Partido Comunista a permanecer en el poder.

Fuente: WSJ