por Roberto Casado | Londres
Alfredo Sáenz, consejero delegado de la entidad española, ha aprovechado una reunión de banqueros con el primer ministro británico para pedir que los grupos nacionalizados no aprovechen el apoyo público para ganar terreno a sus rivales privados.
El ejecutivo de Santander ha sido el único español presente esta mañana en un encuentro de Brown con trece banqueros internacionales, cuyo objetivo era preparar la cumbre de líderes del G20 (grupo de veinte países destacados de economías desarrolladas y emergentes) que se celebrará el 2 de abril en Londres para pactar medidas que frenen la recesión global.
Según fuentes del Gobierno británico, la intención del primer ministro era "conocer la visión de la industria bancaria sobre la actual situación económica" y a la vez, "explicar a sus interlocutores los planes de las autoridades de Reino Unido para reformar el sector financiero, estabilizar los mercados, restaurar el flujo de crédito y fortalecer el sistema bancario". Además, Brown ha pedido a los banqueros que se evite en el futuro el "mercantilismo financiero", que habría causado en parte la crisis actual.
Sáenz acudía a la reunión, celebrada en la residencia oficial de Brown en la calle Downing Street, con dos prioridades: reclamar un terreno de juego equilibrado entre bancos nacionalizados y privados, y defender la aplicación internacional del sistema de regulación de la banca española.
En el primero de esos asuntos, Santander es muy sensible ante la situación creada en Reino Unido, donde el Gobierno británico ha tomado participaciones mayoritarias en el capital de cuatro bancos (Royal Bank of Scotland, Lloyds, Northern Rock y Bradford & Bingley). El grupo español compite con esas entidades a través de sus filiales británicas Abbey National y Alliance & Leicester.
Sáenz ha reiterado ante Brown un reciente mensaje lanzado en Nueva York, según fuentes cercanas al banco español. "La ayuda pública concedida en algunos países podría perjudicar a instituciones bien gestionadas que no han necesitado la intervención del Gobierno. Comprendo que una situación excepcional como la actual requiere medidas excepcionales, pero hay que tener cuidado ante posibles distorsiones de la competencia que generan incentivos perversos y determinarán el futuro sistema financiero", dijo Sáenz en Estados Unidos.
Desde el Gobierno británico se asegura que las firmas nacionalizadas van a ser gestionadas de forma independiente y que volverán a manos privadas en cuanto sea posible. Pero en las últimas semanas, Brown ha obligado a que esos bancos aumenten sus créditos a los clientes británicos, lo que puede estrechar los márgenes para todo el sector.
En cuanto a la regulación financiera, las autoridades británicas defienden la instauración del sistema por el que los bancos deben acumular capital en las épocas boyantes para cubrir pérdidas cuando llega la crisis, mecanismo que ya funciona en España.
Santander no ha recibido capital público, aunque el Gobierno español ha implantado otras medidas de apoyo a los bancos como las garantías a determinadas emisiones de títulos.
Brown ha estado acompañado en la reunión por Alistair Darling, ministro de Economía, y Adair Turner, presidente de la autoridad financiera británica (FSA). Los banqueros presentes, además de Sáenz, eran John Varley (Barclays), Baudouin Prot (BNP Paribas), William Rhodes (Citigroup), David Mulford (Credit Suisse), Josef Ackermann (Deutsche Bank), Andreas Treichl (Erste Group Bank), Richard Gnodde (Goldman Sachs International), William Winters (JPMorgan Chase), Nobuo Kuroyanagi (Mitsubishi UFJ), David Duffy (Standard Bank International), Peter Sands (Standard Chartered) y Alessandro Profumo (UniCredit).
Tras el encuentro, Brown ha salido hacia Estrasburgo (Francia) para pronunciar un discurso ante el Parlamento europeo.
Fuente: Expansión