por Gemma Martínez. Nueva York
El Departamento del Tesoro ha revelado hoy los detalles de la iniciativa con la quiere estabilizar a la banca y que movilizará un máximo de un billón de dólares (736.300 millones de euros). Las entidades que quieran convertir con el Gobierno tendrán que demostrar que pueden captar 500.000 millones por sus propios medios y el plazo para intentar participar en el proyecto finaliza el 10 de abril.
Entidades como Pimco (la mayor gestora de bonos del mundo) y Blackrock ya han manifestado su interés en participar. La Administración otorgará financiación a bajo coste al sector privado, con el apoyo de la Reserva Federal.
La asesora económica de la Casa Blanca, Christina Romer, ha cuantificado el riesgo que será asumido por el Gobierno y por el sector privado. Éste último aportará el 8% de los fondos del programa si se cumple el escenario ideal diseñado por la Administración. Así lo ha asegurado Romer en una entrevista con la cadena de televisión ABC.
La intención de la Administración de Barack Obama es que la adquisición de activos tóxicos (deuda respaldada por hipotecas y préstamos) sean adquiridos por fondos de inversión público-privados, que serán administrados por gestores privados. Éstos se encargarán de fijar los precios de fijación de los activos, a través de un sistema de subastas.
Los activos a adquirir serán determinados por los bancos, el Tesoro y el Fondo de Garantía (Fdic). Éste, al mismo tiempo, se encargará de determinar qué parte de estos activos estarán respaldados por el Gobierno a través de un análisis específico para cada caso.
"Esta fórmula es la mejor alternativa para que los bancos pueden trabajar de forma gradual para eliminar estos activos de sus libros. Es mejor que si las compras fueran efectuadas directamente por el Gobierno", ha indicado el Tesoro. Esperar que los bancos hicieran esta limpieza por sí mismos " hubiera supuesto un riesgo de que la crisis financiera se alargara, como sucedió con la crisis de Japón", señala el departamento dirigido por Timothy Geithner.
El Tesoro espera captar el interés de inversores individuales, planes de pensiones y aseguradoras, principalmente, con vocación de invertir a largo plazo.
El plan utilizará programas públicos ya existentes y otros de nueva creación, como la constitución de una entidad dependiente del Fondo de Garantía de Depósito, que se encargará de subsidiar la adquisición de los préstamos. La iniciativa ha sido bautizada como Programa Público Privado para la compra de activos tóxicos.
La Administración defiende que para fomentar la participación del sector privado los bancos que participen no podrán tener límites muy estrictos a la retribución de sus altos ejecutivos, como lo establecidas por el Congreso para la aseguradora AIG, cuyos bonus estarán gravados en un 90% si el texto legal aprobado por la cámara baja es ratificado por el Senado.