Por Justin Lahart y Marcus Walker
Los avances del sector industrial reportados el martes en Estados Unidos, Europa y Asia se sumaron a la creciente evidencia de que la economía global se está recuperando con más fuerza que lo previsto hace apenas unos meses.
Por primera vez desde enero de 2008, un índice manufacturero clave cruzó el umbral que indica que la producción industrial aumentó en agosto. Asimismo, una serie de sondeos realizados entre gerentes de compras mostraron que la actividad manufacturera se expandió el mes pasado en China, Francia y Australia. El ritmo de contracción en otros países, como Alemania, se desaceleró marcadamente.
Las bolsas experimentaron un retroceso generalizado el martes, pero los mercados financieros han repuntado, las empresas y familias han recuperado parte de la confianza perdida y los economistas han revisado al alza sus proyecciones. Las señales positivas se acumulan. Algunas automotrices registraron en agosto sus mejores ventas en EE.UU. en más de un año al tiempo que la Asociación Nacional de Agentes Inmobiliarios informó que el índice de ventas de viviendas que están a punto de concretarse alcanzó su mayor nivel en más de dos años.
"Hemos estado esperando una mejoría, pero la velocidad y la magnitud con la que se está produciendo es sorprendente", dijo Bruce Kasman, economista de J.P. Morgan Chase & Co. "Todos caímos en forma abrupta y todos estamos levantándonos muy bien".
La economía global, sin embargo, aún tiene un largo camino que recorrer. "En general, no creo que el cuadro haya mejorado respecto a lo que conversamos al final del segundo trimestre", manifestó John Rice, presidente de la junta directiva de General Electric Co. durante una conferencia organizada por Morgan Stanley. "La buena noticia es que no ha empeorado".
No todas las señales son positivas. Gran Bretaña anunció el martes que su sector manufacturero se contrajo en agosto. Los bancos estadounidenses siguen teniendo problemas con la cartera de préstamos incobrables. Ayer, las firmas financieras lideraron una venta generalizada que provocó una caída de casi 2% en el Promedio Industrial Dow Jones, que cerró a 9.310,60 puntos.
Uno de las mayores interrogantes es la reacción de la economía mundial una vez que se agote el gigantesco estímulo fiscal y monetario provisto por los gobiernos.
De todos modos, las condiciones actuales son mejores de lo que muchos anticipaban. A fines de julio, los economistas sondeados por Macroeconomic Advisers estimaron que el PIB de EE.UU. crecería a una tasa anualizada de 1,5% en el tercer trimestre. La estimación de la semana pasada era de 2,9%, casi el doble. En junio, economistas de J.P. Morgan calcularon que el PIB en la zona euro crecería 0,5% en el segundo semestre. Ahora, esperan una expansión de casi 3%. El Fondo Monetario Internacional revisó al alza su proyección de crecimiento global en 2010 de 2,5% a casi 3%.
En EE.UU., el Instituto de Gestión de Suministros dijo que su índice que mide el ánimo de los gerentes de compras de manufacturas subió a 52,9 en agosto después de llegar a 48,8 en julio. Cualquier cifra por encima de 50 indica una expansión.
El fabricante de semiconductores International Rectifier Corp. ha detectado un repunte de la demanda en las empresas que utilizan sus productos, como los fabricantes de computadoras y las automotrices. La compañía divulgó la semana pasada su primera ganancia después de cinco trimestres de pérdidas. Al anunciar los resultados, International Rectifier resaltó los "signos alentadores de estabilización" en América del Norte y la robusta demanda de China y Taiwán.
Gracias a una enorme inyección de estímulo fiscal, China ha superado la caída de la actividad global con más velocidad y decisión que el resto de las economías importantes. Ya han surgido señales de que la inversión de las empresas chinas está repuntando. BOE Technology Group y un consorcio de empresas estatales del país anunciaron la semana pasada una inversión de US$4.100 millones para construir una fábrica de pantallas de cristal líquido en Beijing. Aun así, las inversiones de las empresas privadas han sido más cautas, la confianza sigue siendo frágil y la euforia inicial sobre el paquete de estímulos se ha evaporado. La Bolsa de Shanghai cayó 23% en agosto ante las preocupaciones de los inversionistas sobre una desaceleración de los préstamos bancarios.
En todo caso, la reactivación simultánea del crecimiento en EE.UU., Europa y Asia podría agregarle dinamismo a la recuperación. "El repunte es real y durará entre seis y nueve meses", señala Philip Suttle, director de estudios globales del Instituto de Finanzas Internacionales, que agrupa a varios bancos globales.
En Brasil, cifras gubernamentales dadas a conocer el lunes mostraron un alza de 2,2% en la producción industrial de julio, comparado con el mes anterior. Se trata del mejor desempeño mensual desde el inicio de la crisis.
Por otra parte, el índice de gerentes de compras de la zona euro se elevó a 48,2 en agosto, su nivel más alto en 14 meses, frente a 46,3 en julio. El hecho de que esté cerca del nivel de 50 indica que la actividad ha dejado de caer.
Los sondeos mostraron una recuperación más rápida del sector manufacturero en Alemania y Francia que en otros países que usan el euro.
Alemania y Francia son el eje de la recuperación de la región (las dos economías registraron inesperadamente crecimiento en el segundo trimestre), pero otros países, incluyendo a Italia, España e Irlanda, tienen aún serias dificultades, como un deterioro de las finanzas de los hogares y una pérdida de la competitividad internacional.
Fuente: WSJ