Por Phil Izzo
Los economistas que participaron en la más reciente encuesta de The Wall Street Journal prevén que la recesión en Estados Unidos termine en septiembre, aunque la mayoría afirma que el alto desempleo no empezará a bajar hasta mediados de 2010.
El Producto Interno Bruto estadounidense se contraería en el primer y segundo trimestre a una tasa anualizada desestacionalizada de 0,5% y 1,8%, respectivamente. La economía registraría una modesta expansión de 0,4% durante el tercer trimestre. En el cuarto trimestre de 2008, el período más reciente del cual hay datos disponibles, la economía se contrajo 6,3%. "El fin del declive no es el comienzo de la recuperación", señaló David Resler de Nomura Securities Inc. "Es como una pelea de boxeo. Aunque ganes el combate, cuando sales del cuadrilátero no te sientes tan bien como cuando te subiste".
Sólo 12% de los economistas encuestados prevé que la tasa de desempleo caiga aunque sea levemente este año. Más de un tercio anticipa que el desempleo alcance su máximo en el primer semestre de 2010 y alrededor de la mitad no cree que vaya a bajar sino hasta la segunda mitad del próximo año.
Los encuestados esperan que la tasa de desempleo alcance 9,5% en diciembre, un aumento frente al 8,5% reportado en marzo. Los analistas consideran, en todo caso, que el ritmo de la caída se frenará un poco —pronosticando la pérdida de 2,6 millones de empleos en los próximos 12 meses comparado con los 4,8 millones de empleos que se perdieron en el período previo.
Los economistas también predicen que es probable que el punto más alto de la tasa de desempleo coincida con las elecciones legislativas en Estados Unidos, lo que podría ser una mala noticia para el Partido Demócrata del presidente Barack Obama. Incluso si la economía estuviera creciendo en ese momento, los estadounidenses aún estarán sintiendo los efectos de la recesión y podrían culpar al gobierno. Cuando George H.W. Bush, que gobernó entre 1989 y 1993, perdió las elecciones presidenciales de 1992, la economía ya había salido de la recesión hacía más de un año, pero el desempleo no llegó a su máximo hasta junio y el crecimiento fue lento hasta la fecha de las elecciones, en noviembre de ese año.
Aunque la economía deje de eliminar empleos, la tasa de desocupación probablemente se mantenga alta durante un tiempo. Joseph Layorgna de Deutsche Bank Securitites Inc. estima que la economía debería crecer un promedio de alrededor de 4% durante seis años para volver a las tasas de desempleo inferiores al 5% que había en 2007.
A pesar de las malas noticias sobre el empleo, los economistas advierten señales de una recuperación económica. En promedio, los 53 economistas sondeados prevén que la recesión termine en septiembre. En la encuesta realizada el mes pasado, esperaban que acabara en octubre. Se trata de la primera vez desde que comenzó la recesión que los economistas no postergaron la fecha de inicio de la recuperación.
Las cifras divulgadas ayer confirmaron la impresión de que la economía estadounidense se empieza a estabilizar. Las exportaciones subieron en febrero por primera vez en siete meses y las importaciones se derrumbaron, dejando el déficit comercial en su menor nivel en una década. Por su parte, las solicitudes de seguro de desempleo anotaron su mayor caída desde comienzos del año.
El principal factor que explica el mayor optimismo de los economistas encuestados son los agudos recortes de las empresas en producción e inventarios a finales del año pasado. La economía estadounidense puede estar llegando a un punto en el que, para satisfacer la débil demanda, es necesario aumentar la producción. Los estantes vacíos tienen que ser repuestos, aunque sea a niveles más bajos que antes.
La economía también se dispone a recibir el beneficio de las expansivas políticas monetaria y fiscal. Nueve de cada 10 economistas encuestados incorporan en sus predicciones la ayuda de la Línea de Crédito para Valores Respaldados por Activos a Plazo (TALF), un programa de la Reserva Federal dirigido a aumentar los préstamos a los consumidores y pequeñas empresas. Mientras tanto, 72% de los encuestados dice que el plan del Tesoro para comprar activos tóxicos ayudará a la economía.
La combinación de un plan explícito del Tesoro y las señales de que la economía estadounidense ha detenido su caída libre contribuyó a mejorar la opinión sobre las autoridades económicas. El presidente de la Fed, Ben Bernanke, continuó siendo el mejor evaluado, con una calificación de 76 puntos sobre 100 posibles. El presidente de EE.UU. y el secretario del Tesoro Timothy Geithner son menos populares, pero ya no son "reprobados".
Fuente: WSJ