Por Andrew Batson
BEIJING—El paquete de estímulo fiscal de US$585.000 millones lanzado por China parece estar surtiendo efecto, lo que sería una buena noticia para la economía global y, en especial, para América Latina, que depende del apetito chino por sus recursos naturales.
La demanda china de materias primas está mostrando signos de recuperación, luego de una abrupta caída en los últimos meses. El viernes, el gobierno informó que las importaciones de petróleo alcanzaron en marzo su nivel más alto de los últimos 12 meses. Las siderúrgicas, por su parte, importaron el mes pasado cantidades récord de mineral de hierro, un ingrediente clave del acero, en anticipación a un repunte en la demanda.
El país registró un récord en la oferta interna de crédito en marzo, que llegó a los US$276.900 millones y el banco central se comprometió a seguir inyectando dinero para estimular la economía. Los bancos otorgaron casi US$400.000 millones en préstamos en los primeros dos meses del año. La bolsa, por su parte, ha vuelto a subir. El Índice Compuesto de Shanghai acumula un alza de 34,24% en lo que va del año.
Aunque su agresivo plan de gasto fiscal deja de manifiesto el poderío de una economía estatal, hay señales de que sus ahorrativos consumidores empiezan a abrir sus billeteras. Las ventas de autos alcanzaron un máximo mensual en marzo, lo que marca el tercer aumento mensual consecutivo. Las ventas de viviendas en las grandes ciudades también han repuntado ya que los precios más bajos están atrayendo compradores.
El mayor optimismo ha contagiado a las empresas. La Oficina Nacional de Estadísticas de China informó la semana pasada que su sondeo de la confianza de los gerentes subió en el primer trimestre después de derrumbarse en los últimos tres meses de 2008.
En general, parece que la ofensiva del gobierno ha impedido que China caiga en una espiral descendiente donde las precarias condiciones de la economía y la pérdida de la confianza de los consumidores se refuerzan entre sí. Parte del éxito proviene de la magnitud del paquete de estímulo fiscal, uno de los mayores del mundo junto al de Estados Unidos. Pero también hay que tomar en cuenta que los vestigios de la economía centralizada han sido útiles.
"China es un caso inusual porque cuenta con esta capacidad increíble de movilizar todas sus instituciones", dice Vikram Nehru, economista jefe para Asia del Banco Mundial. La capacidad del gobierno para focalizar el crédito de los bancos y el gasto ha hecho que el plan de estímulo empiece a rendir frutos antes de lo esperado. "Impera un grado creciente de confianza de que el paquete de estímulo está teniendo un impacto", agrega Nehru.
Todavía queda, en todo caso, un largo camino por recorrer. Los últimos datos, por ejemplo, muestran la persistente contracción del sector exportador. Las exportaciones declinaron 17,1% en marzo frente al mismo mes del año anterior, luego de un desplome de 25,7% en febrero. El declive refleja la vulnerabilidad de China al debilitamiento de EE.UU. y sus otros mercados de exportación. El mal momento de la economía mundial ha golpeado con fuerza a los exportadores chinos y los ha obligado a realizar millones de despidos.
El gobierno, sin embargo, está inyectando dinero en la economía y emprendiendo cientos de proyectos de infraestructura. Los fondos presupuestados para inversiones que empezaron en los dos primeros meses de 2009 se dispararon 88% frente al mismo lapso del año anterior.
Aunque una mejoría en China no basta para revertir el declive de la economía global, es una buena noticia puesto que se trata de uno de los pocos países que se sigue expandiendo. China, en todo caso, necesita el respaldo de la demanda en el resto del mundo para que su recuperación sea sostenible. El sector manufacturero exportador sigue siendo el principal empleador de los 140 millones de trabajadores rurales que emigran a las ciudades. Cerca de 20 millones de ellos están desempleados y, si la caída de las exportaciones perdura durante varios meses, podría dilapidar sus magros ahorros.
Una de las claves que explica la efectividad del plan de estímulo hasta ahora ha sido la carrera de los gobiernos locales por invertir los fondos. En la parte central de China, la empresa estatal Henan Coal & Chemical Industry Group comenzó a trabajar en 15 proyectos de expansión el 1 de abril, declarando que su inversión de unos US$3.280 millones es una respuesta al llamado del gobierno para crecer 8% este año. Este tipo de reacción es parte de la razón por la que muchos analistas esperan que la actividad del primer trimestre muestre un repunte respecto al trimestre previo, aunque el crecimiento sea muy bajo para los estándares chinos. El Banco Mundial proyecta una expansión de 6,5% para este año.
"Creo que se puede decir que la economía ha tocado fondo. Pero tocar fondo no es una recuperación", advierte Ben Simpfendorfer, economista de Royal Bank of Scotland.
Fuente: WSJ