El Tesoro calcula que las grandes entidades pueden llegar a perder hasta 600.000 millones de dólares en dos años y que 10 de ellas necesitan ampliar capital en 75.000 millones. Citi, Morgan Stanley y Wells Fargo ya han anunciado las primeras emisiones.
Los bancos estadounidenses tienen que lanzarse a buscar nuevos fondos a toda velocidad. Así lo confirmaron ayer el Departamento del Tesoro y la Reserva Federal, que revelaron el resultado de los test de estrés realizados a las 19 mayores entidades financieras de EEUU para analizar su salud.
El Tesoro y la Fed pronosticaron que todas las entidades pueden perder, en conjunto, hasta 600.000 millones de dólares (447.840 millones de euros) en el peor escenario entre 2009 y 2010. Además, identificaron, por un lado, a los nueve bancos que están en perfectas condiciones para afrontar un eventual deterioro económico y , por otro, a los diez más débiles, aquellos que necesitan captar fondos propios adicionales.
Las diez entidades infracapitalizadas tendrán que buscar fondos propios adicionales por 75.000 millones de dólares (55.980 millones euros), una de las cifras que ya se barajaba hasta ahora y que estaba en la banda baja de las estimaciones de los analistas. Bank of America, el primer banco de EEUU por capitalización, es el que precisa buscar la mayor cuantía de fondos propios adicionales, con 34.900 millones. En la misma situación se encuentran, Citi (que necesita 5.500 millones), Wells Fargo, Morgan Stanley, GMAC (la financiera de General Motors), Regions Financial, Fifth Third Bancorp, Keycorp, PNC y SunTrust.
Por el contrario, nueve entidades tienen capital suficiente: JPMorgan, Goldman Sachs, Bank of New York Mellon, Capital One, American Express BB&T, State Street, US Bancorp y Metlife.
Con esta aportación, los diez bancos lograrían que su nivel de capital mínimo (Tier 1) —incluye capital, reservas y preferentes sobre activos por riesgo— llegue al 6% de los activos. Ayer, nada más conocerse los resultados, Citi, Morgan Stanley y Wells Fargo ya anunciaron que buscarán capital para cumplir con los requisitos del Tesoro.
Con esta iniciativa, el Gobierno presidido por Barack Obama pretende reducir la incertidumbre sobre el sector financiero, preparando a las entidades y forzándolas a recapitalizarse para superar cualquier eventualidad que se avecine. Sin embargo, los analistas consideran que en la práctica la Administración establece una banca de primera división y otra de segunda.
Además, creen que las exigencias del Tesoro y del banco central estadounidense se quedan cortas. Así, Christian Blaabjerg, estratega jefe de renta Variable de Saxo Bank, señala que “el desempleo en esos dos años subiría más de lo que se vaticina el Tesoro en la hipótesis más negativa (hasta el 10,3% en 2010)”. Por este motivo, “antes o después los bancos se enfrentarán a una nueva oleada de amortizaciones en sus carteras de préstamos y, por lo tanto, necesitarán más capital”, indica Blaabjerg.
Matt O-Connor, de Deutsche Bank, es más optimista porque cree que los bancos “podrán fortalecer sus fondos propios, con varias opciones, desde la ampliación de capital, a la venta de activos o a la conversión de acciones preferentes en títulos ordinarios”.
En el caso de que las entidades decidan realizar esta conversión, el Gobierno podrá convertirse en uno de los mayores accionistas de las entidades débiles, diluyendo la participación de los accionistas actuales, algo que preocupa a Peter Cohan, profesor de Babson College. “A largo, los bancos todavía podrán estar bajo el control del Gobierno”, indica.
Los diez bancos señalados por el Tesoro tendrán hasta el 8 de junio para desarrollar su plan de captar recursos y hasta el 9 de noviembre para ejecutarlo al 100%.
Momento clave
1. El Tesoro y la Fed crearon ayer una línea divisoria entre bancos y aseguradoras, identificando a 9 fuertes y a 10 débiles.
2. Varias entidades deberán elevar sus fondos propios con la captación de 75.000 millones de dólares adicionales.
3. El Gobierno cree que las 19 mayores entidades pueden llegar a perder hasta 600.000 millones de dólares en 2009 y 2010.
4. Los analistas temen que las nuevas exigencias de capital del Gobierno de Barack Obama se hayan quedado cortas.
5. La Administración puede reforzarse en el accionariado de los bancos como consecuencia de estos controles.
Fuente: Expansión