Por Bob Davis
El proteccionismo será un tema central en la agenda de la cumbre del Grupo de los 20 y se espera que varios países hagan declaraciones en contra de la práctica, pero es poco probable que adopten acciones contundentes.
Representantes de los países del G-20 —entre los que se encuentran Brasil, México y Argentina— dicen que la reunión de sus cabezas de estado esta semana será una arremetida contra nuevas restricciones comerciales. Eso dijeron exactamente en la última cumbre del G-20 en noviembre de 2008. Pero después, 17 de los 20 países del grupo hicieron lo contrario, implementando un total de 47 medidas anticomerciales, según el Banco Mundial. Entre ellas están los aranceles rusos a las importaciones de autos, los subsidios franceses a los autos fabricados dentro del país, las barreras estadounidenses a la entrada de camiones de México y los subsidios chinos a las exportaciones.
"Todo el mundo ha pecado un poco", dice Michael Froman, el organizador del evento para la Casa Blanca.
El presidente del Fondo Monetario Internacional, Dominique Strauss-Kahn, dice que durante una recesión las medidas proteccionistas se pueden restringir sólo hasta cierto punto, dadas las demandas sobre los políticos provenientes de sus votantes preocupados por el desempleo. Los tratados comerciales limitan el proteccio‐nismo, pero a los países les queda todavía mucho margen de maniobra, ya que los topes formales sobre los aranceles suelen ser mucho más altos que lo que los países implementan en la práctica.
Así que en tiempos difíciles, los países pueden aumentar sus restricciones sin quebrantar las reglas de la Organización Mundial del Comercio, algo que Fred Bergsten, director del Insituto Peterson de Economía Internacional, un centro de estudios de Washington, llama "proteccionismo legal".
Por ejemplo, los aranceles promedio de India son de 16%, pero eso es sólo la mitad del límite formal.
En general, se espera que el comercio global de bienes y servicios caiga 6,1% en 2009, con una caída aún mayor en bienes manufacturados, estima el Banco Mundial. Se trata de la mayor reducción desde al menos 1970. La OMC, que pronostica que el declive del comercio global en 2009 será de alrededor de 9%, dice que la caída se debe mayormente al colapso de la demanda global y a la falta de financiación comercial.
El proteccionismo es un problema de largo plazo. Cuando las economías empiezan a recuperarse, necesitan canales comerciales abiertos para sacarle el mayor partido a sus posibilidades de ganancias. "El peligro actual es de un aumento gradual de las restricciones que poco a poco podría ahogar el comercio internacional", advirtió la OMC.
En el campo de la financiación comercial, se espera que el G-20 muestre resultados concretos. Los miembros están finalizando un acuerdo para proveer más de US$100.000 millones en financiación al comercio. Los países del G-20 podrían acordar incrementar la financiación a sus propias agencias de crédito comercial. También contribuirían al Banco Mundial y a bancos de desarrollo regional, para ayudar a financiar exportaciones de los países más pobres, que con frecuencia exportan a EE.UU. y Europa.
El martes, el Banco Mundial dijo que conformará un fondo de financiación comercial de unos US$50.000 millones en un plazo de tres años. El brazo para el sector privado del Banco Mundial, la Corporación Financiera Internacional (IFC por sus siglas en inglés), espera usar el fondo para atraer más de US$7.000 millones en financiación privada al año.
La restricción global de crédito ha empeorado el problema al aumentar el costo de la financiación comercial. Un reporte del Banco Mundial, citando datos de Dealogic, dijo que la financiación comercial global disminuyó en 40% en el último trimestre de 2008, comparado con el año anterior
En el frente del proteccionismo, el G-20 se está apoyando en la capacidad de las organizaciones internacionales para avergonzar a los infractores comerciales al identificarlos y en la voluntad de los países para variar su comportamiento. En el último mes, el Banco Mundial y la OMC han publicado informes con listas de países que han aumentado sus restricciones al comercio.
Pero la voluntad de las instituciones internacionales para criticar a sus miembros varía ampliamente. La OMC es especialmente reacia a ello, porque opera por consenso, y países como Venezuela y Ecuador, con un menor compromiso con la apertura comercial más allá del sector energético, podrían bloquear reportes que no sean de su agrado.
El Banco Mundial, liderado por Robert Zoellick, antiguo representante comercial de EE.UU., es menos reacio a identificar a transgresores. "Si los países del G-20 creen que se necesita una mayor supervisión global, deberían aceptar también el escrutinio público".
Fuente: WSJ