Por Meena Thiruvengadam
WASHINGTON – Un inspector general especial que supervisa los esfuerzos del gobierno para rescatar a ciertas compañías dijo el martes que el Estados Unidos hasta el momento ha destinado cerca de US$2,98 billones (millones de millones) para la estabilización de las compañías financieras y el rescate de las automotrices locales.
La cifra refleja el gasto del Programa de Alivio de Activos en Problemas (TARP) del Tesoro estadounidense, así como la financiación para varios programas de la Reserva Federal y Federal Deposit Insurance Corp., según datos que el inspector especial Neil Barofsky planea presentar al comité de finanzas del senado. Esto no incluye los costos de los préstamos de capital de trabajo para General Motors Corp. y Chrysler LLC o el nuevo programa de garantía de autos del gobierno anunciado el lunes.
Tal despliegue de fondos en tan corto plazo "inevitablemente atraerá a aquellos que buscan beneficiarse de manera criminal" dijo Barofsky en un testimonio preparado para la audiencia ante el comité. "pero si se aplican algunos de los cálculos de fraude en recientes programas gubernamentales, en términos porcentuales, al TARP, podemos contemplar la pérdida de cientos de miles de millones de dólares por fraudes", dice el texto de la intervención.
En otro informe publicado el martes, la Oficina de Responsabilidad del Gobierno de EE.UU. dijo que el Tesoro ha anunciado planes por hasta US$667.400 millones en fondos TARP. Sin embargo, la entidad indicó que no todos esos fondos han sido distribuidos y que los cálculos de desembolsos ya hechos para programas anunciados hasta el momento probablemente alcancen los US$590.400 millones.
Ese cálculo dejaría al TARP con apenas US$109.600 millones, menos que los US$134.500 millones que el Tesoro calcula que le quedan en el fondo.
En su informe, la Oficina de Responsabilidad dijo que sigue siendo complicado el medir los efectos del programa y recomendó que el Tesoro busque concesiones de los empleados de American International Group Inc. y las otras partes que han tenido negocios con la aseguradora.
AIG, que recibió US$173.000 millones en ayuda del gobierno estadounidense, se ha convertido en el blanco de duras críticas por pagar US$165 millones en bonificaciones a sus empleados después de ser rescatada por el gobierno, además de los pagos que ha hecho a los bancos con los que tiene relaciones comerciales.
En su testimonio, Barofsky dijo que su despacho ha iniciado una investigación sobre los pagos de bonificaciones en AIG.
"Daremos una mirada detallada para asegurarnos que las bonificaciones a los empleados de AIG no sean inconsistentes con las obligaciones legales o contractuales de AIG", dijo Barofsky, agregando que su despacho "informará al Congreso la secuencia de eventos que llevó a la aprobación de esos pagos por parte de funcionarios del gobierno".
"Yo también estoy frustrado por la entrega de estas sustanciales bonificaciones en momentos en que AIG habría estado en bancarrota de no ser por las repetidas inyecciones de capital del gobierno", dijo.
Fuente: WSJ