Por Jon Hilsenrath
SANTA BÁRBARA, California— Los grandes déficit comerciales de Estados Unidos con los países desarrollados, aunque menores que hace dos años, siguen siendo una amenaza para la economía global, advirtió el presidente de la Reserva Federal, Ben Bernanke, en un discurso en el que hizo un llamado a las autoridades estadounidenses y asiáticas a abordar el problema.
Sus comentarios —en los que pidió a los líderes de Asia desarrollar mejores sistemas de pensiones e incrementar el gasto fiscal y al gobierno del presidente Barack Obama resolver el déficit presupuestario— reflejan un creciente consenso entre las autoridades mundiales sobre la necesidad de "equilibrar" el crecimiento económico global para que dependa menos de los consumidores estadounidenses.
Entre 2000 y 2006, la brecha entre las exportaciones y las importaciones de EE.UU. aumentó de menos de US$400.000 millones a casi US$800.000 millones. Como porcentaje de su Producto Interno Bruto, la brecha creció de menos de 2% a mediados de los años 90 a más de 5% actualmente.
EE.UU. envió dólares al exterior para comprar bienes producidos en otros países. Muchos bancos centrales de mercados emergentes, renuentes a dejar que sus monedas se aprecien contra el dólar y perjudiquen su propio crecimiento basado en las exportaciones, reciclaron esos dólares comprando bonos del Tesoro y otra deuda estadounidense.
En su discurso en una conferencia del Banco de la Reserva Federal de San Francisco sobre Asia, Bernanke señaló que el sistema financiero estadounidense estaba "agobiado" por el ingreso de capital. "Debemos evitar desequilibrios cada vez más grandes e insostenibles en el comercio y en los flujos de capital", dijo.
El déficit comercial de EE.UU. se ha reducido a menos de 3% del PIB a medida que los consumidores han recortado sus gastos como consecuencia de la desaceleración económica. El superávit comercial de China también se ha reducido, de 10% del PIB a cerca de 6,5%. Bernanke señaló cifras que muestran que la producción industrial en muchas economías asiáticas está creciendo más rápido que las exportaciones, un indicador de que la demanda doméstica en esos países está superando las exportaciones y los desequilibrios están mejorando.
El presidente del banco central, no obstante, advirtió que a medida que se recupere la economía global, los desequilibrios podrían reaparecer. "Las autoridades alrededor del mundo deben protegerse contra tal desenlace", indicó.
Un resultado de las preocupaciones sobre el déficit comercial de EE.UU. —aunque Bernanke no lo dijo de manera tan explícita— podría ser un dólar más débil frente a las divisas de economías emergentes como China e India. Un dólar más débil abarataría las exportaciones estadounidenses en el exterior y, por lo tanto, las volvería más competitivas. A su vez, las importaciones serían más caras y menos competitivas. El dólar se ha debilitado sustancialmente en los últimos meses contra las divisas principales a excepción del yuan chino.
Morris Goldstein, un académico del Instituto Peterson de Economía Internacional, un centro de estudios de Washington, afirmó que, a menos que la divisa china se aprecie de manera más rápida, rebalancear el crecimiento global "va a ser una batalla cuesta arriba".
El lunes, Bernanke evitó cuidadosamente incluir al dólar en su prescripción para un comercio mundial más equilibrado.
Tampoco mencionó a China, pero dijo que "los superávit comerciales logrados a través de políticas que artificialmente mejoran los incentivos para el ahorro doméstico y la producción de bienes de exportación distorsionan la mezcla de industrias domésticas y la asignación de recursos" y producen "una economía que es menos capaz de satisfacer las necesidades de sus propios ciudadanos en el largo plazo".
Bernanke hizo hincapié en que déficit comerciales estadounidenses más pequeños preservarían la confianza en el dólar y ayudarían a equilibrar el crecimiento global al llevar a los estadounidenses a ahorrar más.
Fuente: WSJ