Por Sudeep Reddy y Conor Dougherty
Durante las primeras etapas de la recesión estadounidense, los estados y el gobierno central constituyeron un refugio seguro para los trabajadores. Pero ahora, incluso el sector público está despidiendo empleados en su empeño por reducir costos y equilibrar presupuestos.
Agosto se convirtió en el tercer mes consecutivo en que los gobiernos estatales y municipales eliminaron empleos, lo que refleja las reducciones que han tenido que hacer para responder al declive en los impuestos a la renta y a la propiedad. Esta razón fue la causa de buena parte de los 18.000 empleos gubernamentales perdidos en agosto (el servicio postal estadounidense también eliminó cerca de 8.500 puestos) y los analistas esperan que las reducciones continúen a lo largo del año.
A pesar de los miles de millones de dólares en asistencia provenientes de programas de estímulo fiscal, la reducción de presupuestos en todo el país está obligando a agencias que dependen de esos fondos (como las organizaciones sin fines de lucro) a reducir sus nóminas. La ola de restricciones está llevando a más estadounidenses a engrosar las filas de desempleados en momentos en que el sector privado está haciendo poco para absorber a los 14,9 millones de personas que buscan trabajo en EE.UU.
Las empresas estadounidenses redujeron 216.000 empleos en agosto, el ritmo de pérdida más lento en un año, pero una cifra que contribuyó a que la tasa de desempleo en Estados Unidos alcanzara 9,7%, su nivel más alto en 26 años.
Observadores creen que la debilidad del mercado laboral podría afectar el consumo y el vigor de la recuperación.
La economía estadounidense ha eliminado 6,9 millones de puestos laborales desde el comienzo de la recesión en diciembre de 2007. Las cifras refuerzan las expectativas de que las empresas empezarán a añadir empleos a comienzos del próximo año, aunque el ritmo de la generación de empleo sigue siendo incierto.
Los empleos del gobierno central presentan un panorama más auspicioso, ya que EE.UU., como país, tiene más facilidad para endeudarse en comparación con los gobiernos estatales y municipales, que tienen que balancear sus presupuestos antes de recibir créditos. Algunas de las reducciones a nivel estatal se deben a déficit temporales, consecuencia de un declive en la recaudación de impuestos a la renta y a las ventas. Pero un giro más duradero se está gestando dadas las significativas reducciones en los valores de las propiedades.
Máxima austeridad
John Kelly, un patrullero de la policía estatal de Michigan, fue despedido en junio debido a los problemas del estado, que ostenta la tasa de desempleo más alta de EE.UU., para detener un desplome en la recaudación tributaria. Los problemas de presupuesto fueron una constante durante los cinco años de Kelly en la policía estatal, que es la principal fuerza de seguridad en muchas de las regiones rurales del estado.
Hace cerca de dos años y medio, la división de Kelly, domiciliada en la localidad de Hart, Michigan, ahorró dinero al trasladarse de un edificio a un tráiler en la calle de enfrente. A los oficiales se les pidió ahorrar gasolina al limitar sus recorridos a no más de 110 kilómetros al día.
Mientras busca empleo, Kelly se mantiene con el seguro de desempleo y el salario de su esposa. La familia ahorra al limitar las compras en el supermercado a una vez a la semana. No inscribieron a sus dos hijos varones en las clases de béisbol, ya que trasladarlos a todos los juegos y las prácticas significaría un mayor consumo de gasolina.
Los recortes de presupuestos en los gobiernos estatales y municipales se están sintiendo más allá del sector público. WakeMed Health & Hospitals, un sistema de salud sin ánimo de lucro de Raleigh, Carolina del Norte, eliminó cerca de 200 empleos la semana pasada debido a que se espera que los reembolsos estatales y federales caigan en US$35 millones en el próximo año. "Hemos adoptado medidas extraordinarias para eliminar lo que podamos", sostuvo su presidente ejecutivo, William Atkinson. "No creo que tengamos más remedio que hacer algunas reducciones", añadió.
El golpe a los empleos municipales y estatales, debido en parte a ingresos más bajos por impuestos a la propiedad, es un coletazo de la crisis de vivienda que ha estancado la economía en el último par de años. Muchos de esos trabajadores están viendo cómo se desploma otro trecho del mercado laboral, con pocas esperanzas de que se recupere antes del próximo año.
Fuente: WSJ