El economista jefe del Fondo Monetario Internacional, Olivier Blanchard, asegura que el crecimiento del PIB que la mayoría de economías en recesión vivirán en los próximos meses, se basa en dos pilares que no son sostenibles a largo plazo: el incremento del gasto público y la recomposición de stocks de productos por parte de las empresas. Además, advierte de que el crecimiento que experimentarán estas economías en los próximos trimestres no será suficiente para reducir el desempleo, algo que no llegará hasta bien entrado el año que viene.
"Las previsiones de crecimiento positivas se fundamentan principalmente en una combinación de estímulos fiscales y de recomposición de stocks por parte de las empresas, en lugar de en un consumo privado fuerte y en inversiones fijas", afirma Blanchard en un artículo que formará parte del próximo "Perspectivas para la Economía Mundial", el informe que el FMI publicará en septiembre durante su reunión anual.
"Tarde o temperano -continúa Blanchard-, los estímulos fiscales deberán finalizar [...] y el ajuste de inventarios llegará de forma natural a su fin". Por ello, el economista jefe del FMI se pregunta "qué va a sostener la recuperación", una vez que estos sueros con los que se ha entubado la economía mundial dejen de nutrir al enfermo.
Y la respuesta pasa por dos factores, según Blanchard. El primero, pasar de una economía basada en los estímulso fiscales (gasto público, menos impuestos y grandes déficits) a otra que crezca gracias al impulso del sector privado. Y el segundo un ajuste de dos grandes desequilibrios de la economía mundial: EEUU debe importar menos y exportar más y el resto del mundo -especialmente Asia- debe importar más y exportar menos.
Potencial de crecimiento
Pero el FMI advierte de que el impacto de la crisis actual en la economía mundial tendrá un efecto pernicioso más allá del corto plazo: el potencial de crecimiento de la economía mundial quedará recortado. Esto quiere decir que el nivel máximo de PIB que una economía puede alcanzar con los recursos de los que dispone -capital, tierra y trabajo- será menor después que antes de la crisis.
Según Blanchard esto se traducirá en que, a partir de ahora, cuando una economía avanzada salga de una recesión ya no experimentará una fase relativamente prolongada de crecimiento por encima de la media -o bien éste será inexistente-. El economista apunta que en una recesión normal, un periodo de crecimiento por debajo de la media suele compensarse con un posterior periodo de crecimiento por encima de la media.
Pero Blanchard advierte de que esta crisis no es como las demás, ya que "algunas partes del sitema económico se han roto", que "algunas compañías que han quebrado en esta crisis no lo habrían hecho en una recesión normal", que en las economías avanzadas "el sistema financiero es parcialmente disfuncional y que tardará tiempo en recuperarse", y que la intermediación financiera -las tuberías por las que fluye la sangre del sistema capitalista- están estropeadas". Además, recuerda que los flujos de capital a las economías emergentes -otro de los motores que se especula tirarán del carro económico mundial- tardarán años en recuperarse.
El artículo de Blanchard supone una dosis de realismo para los mercados, que llevan varios meses abrazados al optimismo: "lo peor ha pasado ya", "brotes verdes", "las economías avanzadas salen de la recesión"... Con ello, Blanchard hace una seria advertencia: los brotes verdes han surgido gracias al estímulo fiscal, pero éste abono se ha agotado y hay que buscar soluciones en el ámbito privado. Si no, pronto volveremos a ver crecimientos negativos en la economía.
Fuente: Expansión