Los bancos europeos, como ha sucedido con los estadounidenses, serán sometidos también a un control de 'estrés'. Según publica Reuters, la intención de la Comisión Europea es que los supervisores nacionales evalúen, antes de septiembre, la salud de las principales entidades financieras.
Las conclusiones finales del 'stress test' realizado a las 19 mayores entidades financieras de Wall Street se dieron a conocer el pasado jueves. Pero en las semanas previas sus filtraciones se habían convertido ya en la principal referencia a seguir en los mercados financieros.
Ahora, la atención de los inversores podría estar centrada en el análisis al que serán sometidos los mayores bancos europeos. Según confirma a Reuters una fuente familiarizada con las conversaciones, "la decisión fue tomada por los ministros de Finanzas de la Unión Europea", y "decidieron pedir al Comité de Supervisores que organice una prueba de estrés".
A diferencia del modelo seguido en Estados Unidos, el 'stress test' europeo será realizado por distintos supervisores, los de cada país miembro, aunque de acuerdo con unas pautas comunes. La coordinación de esta metodología se basará en la empleada por el Comité Europeo de Supervisores Bancarios.
El análisis promovido por la Unión Europea tendrá más diferencias respecto al completado al otro lado del Atlántico. No irá enfocado tanto a evaluar la resistencia a la crisis de cada una de las entidades financieras como la del conjunto del sistema.
Fuentes cercanas explican en este sentido a Reuters que "no se trata de una prueba de estrés de las instituciones individuales, como han hecho los estadounidenses. Es más una prueba de estrés altamente agregada que debe mostrar el gado de resistencia del sector bancario de la UE en su conjunto".
Lo que sí se repetiría respecto al 'stress test' efectuado por la Reserva Federal es que, una vez completado, este análisis "mostraría si hay necesidades adicionales de capital o si los bancos están capitalizados adecuadamente para la presente situación".
El resultado final de los controles realizados en Estados Unidos determinó, el pasado jueves, que diez de los 19 bancos analizados presentaban carencias de capital, por un importe conjunto de unos 75.000 millones de dólares. Desde entonces, la banca de Wall Street está inmersa en pleno proceso de recapitalización, con una oleada de ampliaciones de capital.
La semana pasada, y a modo de anticipo, los analistas de KBW realizaron su propio análisis de la banca europea. Su conclusión fue que al menos seis bancos europeos, entre los que no figuraba ninguno español, necesitan recapitalizarse (los irlandeses Bank of Ireland y Allied Irish Bank, el italiano Banco Popolare, el alemán Commerzbank, el sueco Swedbank y el danés Danske Bank).