Por Emily Barrett
NUEVA YORK (Dow Jones)—Las autoridades económicas del mundo están "unidas en su propósito" de restaurar la confianza en el sistema financiero, pero persiste la amenaza de que se produzcan nuevos episodios de inestabilidad, declaró el lunes el presidente del Banco Central Europeo, Jean-Claude Trichet.
"Estamos en aguas desconocidas y todavía hay riesgos de un súbito brote de turbulencia financiera inesperada", declaró Trichet durante un almuerzo en la Reserva Federal de Nueva York, organizado por la Asociación de Política Exterior.
Trichet, quien recientemente estuvo en una reunión de funcionarios de finanzas del Grupo de los 20 en Washington, también pidió "una implementación efectiva, eficiente, convincente, al igual que expedita" de las decisiones tomadas.
El G-20 se encamina a inyectar un gasto discrecional de US$820.000 millones este año, un aumento frente a la estimación de US$780.000 millones, o un 1,8% del PIB, emitida a inicios de marzo.
Los países miembros del Fondo Monetario Internacional (FMI) acordaron un incremento inmediato de US$250.000 millones para el presupuesto de la institución y alcanzaron un amplio consenso sobre la necesidad de instituir medidas de estímulo y fortalecer los sistemas financieros.
Trichet exhortó a las autoridades a elaborar reformas que garanticen reglas de juego justas e iguales para todos en los mercados financieros para impedir crisis futuras. "El arbitraje regulatorio entre países y entre continentes sería una receta para una catástrofe", advirtió.
El funcionario dijo que la crisis no ha cambiado las prioridades del Banco Central Europeo y reiteró que su principal mandato es el compromiso del banco con la estabilidad de precios para los miembros de la zona del euro.
"Nos aseguraremos de que las expectativas de inflación se mantengan inmunes a los cambios de corto plazo en la inflación, incluso a la luz de una pronunciada caída de la inflación", dijo Trichet.
Funcionarios de la euro zona no ha señalado que haya una amenaza de deflación y los encargados del diseño de políticas se han aferrado a su garantía de que la tasa no estará por debajo de su meta de poco menos de 2% por mucho tiempo.
Trichet dijo a principios de este mes que no descarta "un" recorte de tasas más, lo que significa que la tasa del BCE podría caer a 1% en la reunión del 7 de mayo.
El BCE ha recortado su tasa de referencia en tres puntos porcentuales desde octubre, ubicándola en 1,25% en abril.
Se cree que el BCE esbozará más medidas para aliviar las condiciones crediticas en los mercados en problemas en su próxima reunión. Trichet dijo que los gobernadores "han acordado no dar mayores indicaciones" anticipadamente.
También recibió con beneplácito la aceptación hasta el momento por parte de los mercados de las pruebas de resistencia a los bancos llevadas a cabo por el Tesoro estadounidense, otra señal más de que el "nivel del riesgo crediticio se está aliviando". Los resultados de estas pruebas se conocerán en la semana del 4 de mayo.
Pese al escepticismo entre los reguladores sobre la innovación financiera y las libertades que condujeron a esta crisis, Trichet no se distanció de su visión tradicional de que la tecnología financiera ha sido beneficiosa para el crecimiento económico mundial.
"No niego que la liberalización y la innovación financiera a lo largo de las dos últimas décadas hayan hecho aportes importantes a la producción general de nuestras economías", aseveró. Agregó que la titularización y la transformación de los préstamos en commodities como un ejemplo. Sin embargo, el auge de la tendencia a compartir el riesgo alentó la complacencia, dijo.
"Las interacciones de incentivos perversos, complejidad excesiva y desequilibrios globales, enviaron al boom del crédito en reversa", manifestó.