Por David Gaffen
Esta es la época del año en que las empresas estadounidenses anuncian sus ganancias del primer trimestre y, con toda seguridad, las cifras serán deprimentes. Los mercados, sin embargo, llegan a este período luego de cuatro semanas en las que se registró el repunte más enérgico de las acciones en más de 70 años.
Así que pese a que casi todos los inversionistas reconocen lo mal que están las cosas, es posible que se desilusionen, por bajas que sean sus expectativas. Si tomamos en cuenta lo ocurrido en los últimos ocho años, lo más probable es que salgan defraudados.
El grupo de investigación Bespoke Investment Group LLC analizó todos los anuncios de ganancias desde mediados de 2001 y encontró que los inversionistas que compraron acciones del índice Standard & Poor's 500 en el primer día de la temporada de anuncios y las vendieron en el último perdieron cerca de 27%. En cambio, los que lo hicieron a la inversa obtuvieron una ganancia de 7,1%.
Estas cifras son particularmente pertinentes este trimestre, considerando el reciente ímpetu de los mercados accionarios. El Promedio Industrial Dow Jones ha subido cerca de 21% en las últimas cuatro semanas, el mayor salto para el Dow desde 1938. El S&P 500 ha avanzado 23%.
Las últimas dos temporadas de ganancias, que transcurrieron durante épocas de intensos trastornos de mercado, acarrearon declives en el S&P 500 de 8,5% y 9,3% respectivamente, según Bespoke. El período de informes de ganancias para el primer trimestre en Estados Unidos comienza de manera no oficial el martes con los resultados del fabricante de aluminio Alcoa y cierra el 14 de mayo, casi seis semanas después, cuándo Wal-Mart Stores entregue sus resultados.
Los analistas proyectan una caída de las ganancias de 37% frente al primer trimestre del año anterior. Se cree que los 10 grupos que componen el S&P 500 mostrarán declives frente al año anterior, un descenso uniforme que no se ha visto en los 10 años en los que Thomson Financial ha registrado tales datos.
¿Un repunte duradero?
La clave para mantener en marcha el auge actual bursátil no radica tanto en si las ganancias trimestrales colman o superan las expectativas, sino que dependerán de lo que los ejecutivos de las empresas digan sobre el segundo, tercer y cuarto trimestre. "En este momento, todo el mundo tiene cifradas sus esperanzas en que los números sean menos malos de lo previsto", dice Linda Duessel, estratega de mercados de renta variable de Federated Investors. "Queremos oír que caímos por un precipicio, pero que ya dejamos de caer".
El mensaje que envíen las empresas podría determinar si las acciones pueden dejar atrás el bache de los últimos 18 meses, no hay que olvidar que el Dow Jones está 43% por debajo de su máximo de octubre 2007, y transformar el actual repunte en un auténtico mercado alcista. El avance del mercado se ha sostenido en la esperanza de que los recientes datos económicos que muestran estabilidad, así como unos pocos comentarios optimistas de los ejecutivos de grandes empresas auguren una recuperación de la demanda y las ganancias en los próximos meses.
Los inversionistas recibieron algunos atisbos de esperanza a principios de marzo, incluyendo los comentarios de los presidentes ejecutivos de Citigroup y Bank of America, Vikram Pandit y Kenneth Lewis, respectivamente, quienes dijeron que sus alicaídas empresas habían obtenido ganancias en enero y febrero. Tales palabras fueron una de las grandes razones para que los inversionistas volvieran a las bolsas y apostaran por las empresas bancarias, que han tenido un mejor desempeño que el mercado en general desde que el ciclo tocó fondo el 9 de marzo.
Los inversionistas prestarán particular atención a los resultados de empresas que sirven como referentes de la demanda global en momentos en que las economías más poderosas del mundo, como EE.UU., Japón y China, intentan estimular el crecimiento económico a través de grandes paquetes de estímulo fiscal y agresivas reducciones de las tasas de interés. Los inversionistas revisarán con cuidado, por ejemplo, los resultados de empresas como Caterpillar, que en enero sorprendió a los inversionistas con la noticia de que iba a despedir a 20.000 empleados. "Lo que esperamos es que las compañías del S&P digan 'Creemos que el primer trimestre fue el peor y las cosas deberían comenzar a mejorar a partir de ahora'", dijo Duessel. "De lo contrario, todos nos vamos a deprimir de nuevo" y el S&P podría caer a 660 o 600 puntos, manifestó.
Fuente: WSJ