La fusión de lo mejor de la banca de inversión con la gestión de activos produce resultados dudosos. Los supuestos beneficios de vender servicios bancarios a grandes inversores son difíciles de obtener en la práctica, lo que significa que a los bancos que buscan dinero fácil les resulta más sencillo optar por vender las divisiones de gestión de activos.
Esta semana, Bank of America se convirtió en la última entidad en vender sus operaciones de gestión de activos a largo plazo a Ameriprise, que pagó aproximadamente 1.000 millones de dólares. Según los cálculos de Credit Suisse, a 9 veces los beneficios, la cantidad es muy inferior a las 18 o 20 veces que ese tipo de divisiones independientes suelen conseguir en el mercado público, una diferencia que puede disuadir a los vendedores menos motivados. Morgan Stanley, por ejemplo, todavía se está planteando la venta de su división de fondos minoristas.
Ésta es la culminación de una tendencia que lleva tiempo fraguándose en EEUU. Los reguladores del país ven con malos ojos a los operadores que se dedican a amontonar productos con la marca del banco para ofrecérselos los clientes cautivos. Además, al igual que la gestión de activos tiende a registrar una evolución negativa en tiempos de crisis, dado que los inversores suelen retirar los fondos, tampoco destaca frente a la banca de inversión en épocas mejores. Los bancos tampoco han demostrado tener mucha habilidad controlando los costes mientras gestionan operaciones de acumulación de activos.
Por si fuera poco, las operaciones más mediocres de los bancos están atrapadas entre el auge de las gestoras de hedge fund y el crecimiento de los fondos baratos que cotizan en bolsa. Los bancos europeos han comenzado a reaccionar. Pero, en los acuerdos adoptados hasta ahora, como la venta por parte de Lloyds Banking Group de Insight, o la venta prevista por Intesa de Fideuram, se ha implicado a otros operadores.
En toda Europa, donde el FMI calcula que los bancos necesitan captar cuatro veces más capital que en EEUU, muchos mercados siguen estando dominados por gestoras que venden sus propios productos a través de sus canales de distribución, lo que resta atractivo a los posibles compradores. Aunque parece lógico intentar vender divisiones de gestión de activos, con ello no se resolverá la escasez de capital que tiene Europa.
The Financial Times Limited 2009. All Rights Reserved