La radical división de ING forzada por la Comisión Europea servirá de señal de alerta para los bancos rescatados por el gobierno británico.
Un alto cargo que trabaja en el caso de ING comentó que el proceso haría que en Lloyds y Royal Bank of Scotland (RBS) “se echaran a temblar”.
La reestructuración pone de relieve la dureza de la postura adoptada por Neelie Kroes, la comisaria de la Competencia de la UE, al usar el poder de Bruselas para dividir los gigantes bancarios en manos de los contribuyentes.
Lloyds y RBS están esperando que les comuniquen el precio que tendrán que pagar para satisfacer a Kroes. Un analista de banca señaló que las decisiones “podrían suponer una fuerte penalización para los bancos”. Las acciones de Lloyds cayeron un 7% hasta los 89,3 peniques, mientras que las de RBS lo hicieron un 5,6% hasta los 44,4 peniques.
RBS está trabajando en un programa respaldado por el gobierno para vender 312 sucursales en Inglaterra y Gales, y es probable que Lloyds haya reducido el número de cuentas corrientes en 5 puntos porcentuales. Ambos bancos han anunciado planes para llevar a cabo un fuerte recorte de sus balances. Sin embargo, varios miembros del gobierno creen que es posible que Kroes quiera que los bancos lleguen considerablemente más lejos.
Lloyds espera obtener 25.000 millones de libras (27.205 millones de euros) y evitar la participación en el esquema de seguro de activos del gobierno. Pero aún en ese caso, la participación del 43% que los contribuyentes tienen en el banco implica que es poco probable que pueda evitar disposiciones forzosas.
Las autoridades de la competencia de la UE permitieron las ayudas estatales a las empresas financieras durante la crisis, pero dejaron claro que estos grupos serían sometidos a examen si el apoyo parecía posteriormente demasiado generoso.
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