Por Luca Di Leo, Jeff Bater y Conor Dougherty
La economía estadounidense creció en el tercer trimestre de este año tras contraerse durante cuatro trimestres consecutivos, lo que probablemente pone punto y final a la peor recesión desde la Segunda Guerra Mundial. Sin embargo, se espera que la recuperación sea lenta, ya que la economía sigue luchando contra el alza del desempleo y una persistente restricción del crédito.
El desempeño de la economía impulsó las acciones en Estados Unidos a un poco menos de 10.000 puntos. El Promedio Industrial Dow Jones cerró 199,89 puntos al alza, o 2,05%, en 9.962,58 unidades, su mayor ascenso en un solo día desde el 15 de julio. Esto supone una señal de que los inversionistas vieron el crecimiento como un indicador para retomar inversiones más arriesgadas.
El Producto Interno Bruto aumentó a una tasa anualizada y desestacionalizada de 3,5% en los tres meses terminados el 30 de septiembre, más de lo esperado, informó el Departamento de Comercio de Estados Unidos el jueves en su primera estimación del PIB del tercer trimestre (Las cifras para el PIB, tal y como se reporta en EE.UU., no son equiparables a las de América Latina que suele divulgar datos no anualizados).
Los economistas encuestados por Dow Jones Newswires habían pronosticado un crecimiento anualizado del PIB de 3,2%. El PIB es la medida más general de la actividad económica.
El presidente Barack Obama declaró que los datos señalan "que esta recesión está amainando y que las medidas que hemos tomado han hecho una diferencia". "Evidentemente estas son buenas noticias", señaló Obama en declaraciones preparadas en la Casa Blanca. "Pero también sé que tenemos mucho camino por recorrer para restaurar nuestra economía por completo".
El crecimiento del PIB es el primero desde el segundo trimestre de 2008. De momento, sirvió como confirmación no oficial del fin de la recesión más larga y profunda desde la Gran Depresión de los años 30. La entidad que tiene la última palabra en lo que a recesiones se refiere, la Oficina Nacional de Investigación Económica de EE.UU., ha declarado que la crisis empezó en diciembre de 2007. La entidad privada sin fines de lucro todavía no ha anunciado su fin.
El crecimiento fue impulsado por el consumo, que aumentó 3,4% en el tercer trimestre, comparado con una caída de 0,9% en el período entre abril y junio. El consumo contribuyó 2,4 puntos porcentuales al crecimiento del PIB.
Los economistas dijeron que los fondos de estímulo inyectados por el gobierno de EE.UU., a través de, por ejemplo, programas como el de "efectivo por chatarra" para impulsar las ventas de autos, ayudaron a fomentar el consumo. Pero algunos programas de estímulo alcanzaron su efecto máximo en el tercer trimestre y la tasa de
desempleo sigue alta. Por esto, los economistas se preguntan si el ritmo de crecimiento puede mantenerse.
Las mediciones de precios mostraron que la tasa de inflación subyacente —que excluye los precios volátiles de la energía y los alimentos y es estudiada con atención por la Reserva Federal (Fed)— cayó de 2% a 1,4% en el segundo trimestre, en una señal de que la presión sobre los precios sigue siendo contenida.
El vicepresidente de la Fed, Donald Kohn, advirtió el 13 de octubre que preveía que la recuperación económica sería débil, con un crecimiento lento que mantendría la inflación a raya.
Economistas debaten cuándo la economía será lo suficientemente sólida para que el banco central empiece a subir las tasas de interés que actualmente se encuentran en un nivel cercano al cero. El comité que fija las tasas en la Fed se reúne la semana que viene y se espera que las deje en su nivel actual en mínimos históricos, pero algunos observadores dicen que podría dar señales de aumentos futuros.
Aunque la economía ha vuelto a crecer, el desempleo sigue siendo alto. La próxima semana el gobierno publicaría cifras que podrían revelar que el desempleo fue de más de 10% en octubre.
Los consumidores estadounidenses, en vista del lúgubre panorama laboral, están perdiendo la esperanza, indicó un informe publicado esta semana. The Conference Board, un grupo de investigación privado, informó que su índice de confianza del consumidor cayó de 53,4 puntos en septiembre a 47,7 puntos este mes. La cantidad de encuestados que opinó que los empleos son más difíciles de encontrar aumentó. Su pesimismo sobre sus ingresos podría traducirse en una actitud conservadora respecto al gasto durante la temporada navideña.
Fuente: WSJ