Por Phil Izzo
La opinión de los economistas es casi unánime: Ben Bernanke merece permanecer al frente de la Reserva Federal de Estados Unidos por otros cuatro años y hay un 71% de probabilidades de que el presidente Barack Obama le pida que se quede, según una encuesta.
Mientras tanto, la mayoría de los 47 economistas sondeados por The Wall Street Journal en los últimos días cree que la recesión que empezó en diciembre de 2007 ya acabó.
El combate contra la crisis ha acaparado gran parte de la gestión de Bernanke, que empezó a principios de 2006 y expira en enero, y los economistas opinan que su manejo de la debacle lo ha hecho acreedor a un nuevo período en la presidencia de la Fed. "La estabilización de los mercados financieros se debe en buena parte a él", dice Joseph Carson, de Alliance Bernstein. "La confianza en la recuperación se vería mermada si no se le designa para un nuevo período".
Tras meses de incertidumbre, los encuestados finalmente ven la luz al final del túnel. Para 27 economistas, la recesión terminó mientras 11 dicen que lo hará este mes o el próximo. Se espera que el Producto Interno Bruto del tercer trimestre crezca a una tasa anual desestacionalizada de 2,4% gracias a señales de vida en la industria manufacturera.
Un informe laboral que excedió las expectativas en julio, cuando se perdieron 247.000 puestos de trabajo y la tasa de desempleo cayó por primera vez en 15 meses, sugiere que lo peor ya pasó. Aún se prevé que el desempleo suba a 9,9% para diciembre, pero los economistas pronostican que se perderán menos trabajos en los próximos 12 meses de lo que previeron en julio.
Muchos economistas esgrimen que no se gana mucho con cambiar al presidente de la Fed, especialmente si se considera la tarea colosal que tiene por delante el banco central ahora que la economía estadounidense sale de la recesión. "La continuidad es clave. De otro modo podríamos volver a caer en una recesión", advierte Diane Swonk, de Mesirow Financial. "Bernanke es el más indicado para deshacer lo que se ha hecho cuando llegue el momento".
¿Dónde está la salida?
La Fed ha adoptado medidas sin precedentes en su campaña para eludir una repetición de la Gran Depresión de los años 30 y su estrategia para dar marcha atrás sigue siendo una interrogante clave.
El banco central pondrá punto final hoy a su reunión de política de agosto y podría brindar algunas pistas. Es improbable, de todos modos, que la principal herramienta a su disposición, la tasa de fondos federales que actualmente se ubica entre 0% y 0,25%, cambie en un futuro cercano. Sólo seis economistas esperan que la Fed la eleve este año. Aunque la mayoría anticipa un alza en algún momento de 2010, más de una cuarta parte sostiene que no habrá ninguna variación hasta 2011 o después.
El balance de la Fed, el valor total de todos sus préstamos y posiciones de valores, se ha más que duplicado durante la crisis para llegar a superar los US$2 billones (millones de millones), a medida que el organismo expandió sus líneas de crédito en un esfuerzo por reactivar los mercados. Pero ahora que los mercados se normalizan, la demanda ha menguado y el balance de la Fed se ha reducido.
La composición del balance también ha empezado a inclinarse a favor de los bonos del Tesoro y los valores respaldados por hipotecas en momentos en que el banco central ejecuta un programa de US$1,75 billones anunciado en marzo para reducir las tasas de interés a largo plazo mediante la compra de estos instrumentos.
La Fed decidirá en su reunión de esta semana si renueva el programa y cuál es la mejor manera de comunicar sus intenciones a los mercados.
Más allá de lo que decida la Fed, los economistas expresaron cierta confianza en que, de ahora en adelante, el banco central se abocará a manejar la recuperación de la economía, en vez de combatir otra recesión. Esperan que el crecimiento del PIB se mantenga por encima del 2% anualizado durante el primer semestre del próximo año y creen que la posibilidad de una recaída antes de 2010 es de 20%.
No obstante, algunos señalan que un repunte podría perjudicar a Bernanke. "Una vez que se perciba que la economía se encamina a una recuperación, Obama tendrá la oportunidad de colocar a una persona de su gusto", dice John Silvia, economista de Wells Fargo. Bernanke fue designado por el ex presidente George W. Bush por un período de cuatro años en reemplazo de Alan Greenspan. Los presidentes nombran a los jefes de la Fed por períodos de cuatro años que pueden renovar cuantas veces estimen conveniente.
El período de Bernanke culmina el 31 de enero y pueden pasar muchas cosas antes de que Obama tenga que tomar una decisión. Los economistas encuestados se dividieron sobre quién sería la persona más indicada para sustituir a Bernanke. Sus preferencias se repartieron por igual entre la presidenta del banco central de San Francisco, Janet Yellen; el presidente ejecutivo de TIAA-CREF y ex vicepresidente de la Fed, Roger Ferguson; el director del Consejo Nacional de Economía, Lawrence Summers, y el economista de la Universidad de Princeton y ex vicepresidente de la Fed, Alan Blinder.
Aunque la mayoría le otorgó un apoyo abrumador a Bernanke, no creen que su gestión haya sido intachable. Entre los peores errores que identificaron está la lenta respuesta inicial para atacar la contracción del crédito y la decisión de permitir la quiebra de Lehman Brothers. Pero esperan que Bernanke haya aprendido de sus errores.
Fuente: WSJ