Las entidades financieras y las firmas inmobiliarias se han embarcado en una guerra de campañas promocionales en la venta de viviendas, anunciando descuentos generalizados que oscilan entre el 25% y el 50% con respecto al "precio final" de los activos.
Estas campañas, que se están multiplicando conforme se acerca el cierre del ejercicio para cumplir con los presupuestos anuales, coinciden en el tiempo con un dato oficial que contradice la validez de estos descuentos: la caída del precio de la vivienda en España con respecto al pico de 2007 no alcanza el 15%.
La pregunta que asalta al comprador es: si los vendedores anuncian viviendas a mitad de precio, ¿por qué estos descuentos no se reflejan en una caída equivalente en el precio de la vivienda?
Márketing
En los últimos días, los consumidores pueden encontrar múltiples ejemplos de este tipo de promociones. Metrovacesa, una de las grandes firmas del sector, presentó ayer una de las campañas más agresivas en la comercialización de viviendas desde el inicio del declive del sector. La compañía ha puesto en venta 1.500 pisos, con descuentos que van del 25% al 52%.
Metrovacesa se suma así al lanzamiento de campañas que tanto inmobiliarias como entidades financieras presentan al mercado, buscando seducir a la demanda latente con propuestas que incluyen rebajas y financiación. Entre las entidades financieras, Banesto y Banco Santander, a través de Casaktua y Altamira Real Estate, han presentado sendas iniciativas, con rebajas de entre el 20% y el 50%. De las últimas propuestas, Banesto sacó al mercado, el pasado noviembre, 1.200 viviendas con descuentos del 40%.
Reyal Urbis, otra de las grandes del sector, presenta hasta tres iniciativas que ofrecen rebajar el precio de las viviendas: “Altos descuentos” en su bolsa de oportunidad, formada por inmuebles de algunas promociones en stock; otra rebaja, si se formaliza la compra en un breve periodo de tiempo –el llamado descuento express–, además de la rebaja inicial, que oscila entre el 20% y el 25%.
Sin embargo, todos los expertos consultados por este periódico coinciden en relativizar estas rebajas. “Hay que interpretar estos descuentos y preguntarse desde qué niveles se realizan”, señala Ernesto Tarazona, director de Corporate Recovery de Knight Frank España.
Si fuera por los precios ofertados en estas promociones, parecería que el ajuste de la vivienda en España ya se ha realizado. Nada más lejos de la realidad. Lo cierto es que, a juicio de los analistas, los descuentos ofertados se efectúan a partir de las tasaciones del momento álgido de la burbuja, absolutamente desfasadas en la coyuntura actual. Ayer lo puso de manifiesto Aguirre Newman, en un contundente informe que vino a poner los puntos sobre las íes en el mercado de la vivienda. Según la consultora, las tasaciones que se manejan en el mercado, particularmente las de bancos y cajas, “no reflejan el verdadero valor y provocan una sobrevaloración generalizada de los inmuebles”.
Sosteniendo precios
Aguirre Newman cifra esta sobrevaloración de precios en un 27%, en abierta contradicción con el informe publicado esta semana por Caixa Catalunya, en el que decía que el precio de la vivienda comienza a repuntar en aquellas regiones donde supuestamente la sobreoferta se ha agotado.
Caixa Catalunya, una de las entidades más expuestas a la crisis inmobiliaria, cifró el stock de viviendas entre 650.000 y un millón, mientras que ayer Aguirre Newman lo elevó a un millón y medio. “Puede haber descuentos muy específicos para productos que son totalmente ilíquidos en zonas con mucha sobreoferta, particularmente en la costa mediterránea, pero en el centro de las capitales como Madrid no se ven ni de lejos”, explica Tarazona.
¿Y por qué las tasaciones están sobrevaloradas? Porque nadie, ni entidades financieras ni promotoras, está dispuesto a vender activos por debajo del valor que consta en los libros.
Todo el mundo trata de sostener los precios para evitar vender en pérdidas. “Salvo casos concretos, nadie vende por 50 céntimos menos del valor que tiene en balance. Las entidades están reteniendo las viviendas financiadas en 2006 y 2007. Las que se financiaron con anterioridad, se venden con rebajas proyectadas sobre el precio más alto, el que alcanzaron en 2007”, explica Heriberto Teruel, socio director de Colliers.
En estos momentos, las entidades financieras negocian con el Banco de España la intención del regulador de obligarlas a provisionar el 20% del valor de las viviendas a partir del primer año de su entrada en balance. Actualmente, esta dotación se limita al 10%. A juicio de los expertos, esta normativa aceleraría el ajuste de precios, pero a costa de la viabilidad de muchas entidades.
Con respecto a la estrategia de las inmobiliarias, no hay más que echar un vistazo a las cuentas del tercer trimestre de 2009: aún mantienen en positivo los márgenes en la venta de viviendas, es decir, no venden por debajo de coste, pese a las cifras desprorcionadas que pagaron por los suelos en los años del boom.
Fuente: Expansión