2009/09/24

¿Podría el plan de crecimiento del G-20 acabar con el papel dominante del dólar?

Por Neil Shah y Alex Frangos

Los temas cambiarios no están incluidos en la agenda oficial de la cumbre del Grupo de los 20 (G-20), que se llevará a cabo esta semana en Pittsburgh, pero las políticas que se tratarán repercutirán en el papel dominante del dólar en las finanzas y el comercio internacional.

Los líderes de las 20 mayores economías del mundo les dan los toques finales a un plan que estimularía a Estados Unidos a ahorrar más y mostrar una mayor disciplina fiscal y a la vez exhortaría a China a cambiar la orientación de su economía desde las exportaciones al consumo interno.

Si el plan cobra fuerza, los inversionistas anticipan que el dólar estará bajo una mayor presión a medida que China y otros países asiáticos tratan de apreciar sus monedas. Los esfuerzos para reparar los desequilibrios de la economía global se producen en un momento difícil para el dólar, que se ha devaluado frente a las principales monedas a raíz de la decisión de los inversionistas de salir en busca de mayores retornos fuera de EE.UU., donde las tasas de interés de corto plazo bordean 0%.

Algunos detractores, en especial en China y Rusia, han defendido la creación de una alternativa al dólar como moneda de reserva del mundo e inversionistas desde Warren Buffett al gigante de la renta fija Pacific Investment Management Co. (Pimco) han expresado su preocupación sobre la fortaleza de largo plazo de la divisa estadounidense.

"China y EE.UU. pretenden reequilibrar la economía mundial; permitir la apreciación del yuan contribuiría con el tiempo a lograr este objetivo", afirma Rebecca Patterson, directora global de tipo de cambio y commodities de J.P. Morgan Private Bank. "Una menor intervención de China para prevenir el fortalecimiento del yuan significa que China, de modo paulatino y a lo largo de un lapso prolongado, acumularía menos reservas en dólares"

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Las ventas de bienes de China a EE.UU. la han ayudado a amasar la cantidad más alta de reservas en moneda extranjera del mundo, que ronda los US$2,1 billones (millones de millones), parte de los cuales después utiliza para comprar bonos del Tesoro estadounidense. Esa demanda gigantesca de deuda de EE.UU. fue uno de los factores que ayudó a inflar las burbujas inmobiliaria y crediticia, al mantener el costo del financiamiento en niveles inusualmente bajos.

El Índice de Futuros de Dólar ICE, que mide el desempeño del dólar contra una canasta de las monedas de seis de sus principales socios comerciales, ha caído casi 14% desde su máximo de marzo de este año, lo que deja a la divisa en el mismo nivel en el que se encontraba cuando estalló la crisis financiera en septiembre del año pasado.

El plan de la cumbre del G-20, llamado "Marco para un Crecimiento Sostenible y Equilibrado", en esencia respalda la idea de un dólar más débil. Permitir la caída del dólar representa una estrategia de "negligencia benigna", señala Stephen Jen, director ejecutivo de BlueGold Capital Management LLP en Londres. En otras palabras, las autoridades estadounidenses estarían más atentas a los beneficios de un debilitamiento del dólar, como la mayor competitividad de sus exportaciones, que preocupadas por un derrumbe de la moneda.

China ha comprado cantidades exorbitantes de dólares para impedir un fortalecimiento del yuan y, de paso, mantener la competitividad de su sector exportador. Los analistas señalan que China aguarda señales más nítidas de un repunte en las exportaciones y en la economía global antes de permitir la apreciación del yuan, que sería un paso hacia una economía más diversificada.

Un potencial relajamiento de la política cambiaria china ya figura en el radar de los inversionistas. El mercado de intercambio de dólares y yuanes, un indicador de las fluctuaciones entre las monedas, se ha inclinado últimamente hacia un fortalecimiento del yuan.

Los analistas creen que China podría apreciar su divisa en los próximos seis meses. Eso desataría medidas similares por parte de otros países asiáticos como Corea del Sur, Taiwán y Singapur.

La reciente paliza a la que ha sido sometido el dólar también ha servido para reanudar el debate sobre si los bancos centrales del mundo, en particular el de China, seguirán usando al dólar como su moneda de reserva predilecta. Los principales mercados emergentes, como Brasil, Rusia, India y la propia China, han señalado que, a la larga, el mundo debe dejar de usar al dólar como principal moneda de reserva.

Fuente: WSJ