El BCE lanzará mañana un plan de estímulos sin precedentes para la economía de la eurozona. Se trata de la primera oferta ilimitada de liquidez a un año, lo que podría disparar la demanda a varios cientos de miles de millones de euros.
Es previsible que el tamaño de esta operación de inyección de liquidez de emergencia del BCE, que fue anunciada el mes pasado, se incremente de forma espectacular, dado que los mercados financieros están convencidos de que los tipos de interés de la eurozona no seguirán cayendo y que la oportunidad de adquirir préstamos en condiciones tan favorables no se volverá a repetir.
Según los analistas, la demanda superaría el anterior récord, situado en 348.600 millones de euros, inyectados en una única operación del BCE en diciembre de 2007.
Cuando estalló la crisis de los mercados financieros a mediados de 2007, el BCE fue el primero de los bancos centrales del mundo en inyectar liquidez para apaciguar las tensiones. Tras el colapso de Lehman Brothers el año pasado, amplió su arsenal de forma considerable al acordar hacer frente a la demanda de liquidez por periodos de hasta seis meses.
Los artífices de las políticas de la institución argumentan que las iniciativas puestas en práctica para la eurozona afectada por la recesión han sido similares a las medidas de relajación del crédito adoptadas por el Banco de Inglaterra o la Reserva Federal.
No obstante, la decisión de mayo de ofrecer liquidez a un año –que en la oferta de mañana estarán disponibles a un tipo de interés del 1%– el más bajo de la historia, supone una nueva escalada en la ofensiva del BCE. A diferencia de anteriores operaciones, no parece que los bancos vayan a contenerse a la espera de posteriores caídas de los tipos de interés. Al crear un incentivo adicional, el BCE se ha reservado el derecho de aplicar un tipo de interés superior en futuras operaciones a un año.
Para justificar el argumento en contra de posteriores recortes de los tipos de interés por parte del BCE, el índice alemán Ifo, que mide la confianza empresarial, aportó más pruebas que apuntan a que la mayor economía de la eurozona se está estabilizando. El indicador aumentó por tercer mes consecutivo del 84,3 registrado en mayo al 85,9 de este mes, el nivel más alto desde noviembre.
Según los analistas, la decisión del BCE provocará un descenso de los tipos del mercado para la financiación a corto plazo, dado que el aumento de liquidez del sistema financiero supone una relajación de la política monetaria en Europa.
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