Por Damian Paletta
WASHINGTON – El gobierno de Estados Unidos está dando marcha atrás a su intento de reducir el número de agencias que supervisan a los mercados financieros, según fuentes al tanto, lo cual sugiere que el alto número de agencias existentes se mantendrá intacto.
Funcionarios del gobierno habían sugerido que podrían presionar por una consolidación de las agencias reguladoras a consecuencia de la crisis financiera. Sin embargo, ahora se cree que pedirán que las agencias existentes tengan mayores poderes para limitar la toma de riesgos por parte de las instituciones financieras, dicen fuentes al tanto.
Por ejemplo, el gobierno probablemente no pedirá una fusión de la Comisión de Bolsa y Valores y la Comisión de Corretaje de Futuros de Commodities, una idea que había considerado, dicen las fuentes. Tampoco se cree que vaya a pedir que la Reserva Federal, Federal Deposit Insurance Corp. o la Oficina del Controlador de la Moneda cedan su autoridad para supervisar a los bancos.
Los funcionarios advierten que no se han tomado decisiones finales y que las recomendaciones aún están tomando forma.
La decisión es en parte práctica y en parte política. Funcionarios clave del gobierno creen que pueden alcanzar muchas de sus metas al reformar las reglas, tales como imponer mayores restricciones a cuánto capital deben tener los bancos para amortiguarse en contra de las pérdidas. A estos funcionarios les preocupa que arrancar de cero de lugar a batallas por territorio que frenen o descarrilen todo el proceso.
Funcionarios del Tesoro han dicho que están dispuestos a involucrarse en batallas políticas que ven como una "necesidad" en vez de aquellas que ven como "electivas"
La reforma de la supervisión de Wall Street, la cual es considerada por el gobierno estadounidense como vital para prevenir otra crisis, cambiará profundamente el ambiente regulatorio financiero.
Asumiendo que el Congreso apruebe la propuesta del gobierno, las partes no reguladas de Wall Street, tales como los grandes fondos de cobertura, serán cobijadas por la regulación de Washington por primera vez. Además, los reguladores recibirán el poder de supervisar los riesgos sistémicos para la economía e intervenir a las grandes instituciones financieras en problemas.
La Reserva Federal probablemente emergerá más fuerte, ganando poder para supervisar compañías, productos financieros y prácticas de la industria que representen un riesgo sistémico. El plan también parece ser una buena noticia para la Oficina del Controlador de la Moneda y el FDIC, el cual ganaría poder y retendría la mayor parte de su jurisdicción y la CFTC, la cual ha enfrentado peticiones de cierre. Lo que no es claro es qué significa para la SEC.
Sin embargo, el renunciar a una gran reestructuración podría generar críticas de que el gobierno ha perdido una oportunidad que sólo llega una vez en la vida.
"No sólo es una oportunidad, están evitando una necesidad", dice Hal Scott, profesor de derecho de Harvard. "Yo entiendo que todas estas fuerza políticas, han estado obstruyendo los cambios necesarios por décadas. Pero estamos en una situación muy seria. El sistema regulatorio ha demostrado su inhabilidad para funcionar y realmente creo que es imperativo que alguien haga lo correcto".
Fuente: WSJ