Por Christopher Rhoads
Con finanzas más saludables que las de varios de sus pares en otras partes del mundo, los bancos de Canadá están buscando la manera de aprovechar el desorden que impera en su industria.
Canadá es el único miembro del Grupo de los Siete países industrializados que no ha rescatado a sus bancos desde que estalló la crisis financiera. Y el gobierno de Irlanda ha anunciado que reestructurará su sector financiero basado en el sistema canadiense.
En su visita a Ottawa en febrero, el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, elogió la prudencia de los bancos canadienses. Lawrence Summers, uno de los principales asesores económicos de Obama, sugirió hace poco durante un foro que EE.UU. estaba estudiando por qué Canadá parece "haber aislado su economía de las turbulencias financieras con mayor éxito" que EE.UU.
Ed Clark, presidente ejecutivo de TD Bank Financial Group, el segundo mayor banco canadiense por concepto de activos, señaló que había una razón simple por la que los bancos de su país de repente están de moda. Son aburridos y anticuados, al menos comparados con gigantes estadounidenses como Bank of America Corp. y Citigroup Inc. "Sentimos que muchas viejas lecciones bancarias fueron olvidadas en los últimos dos años", dijo en una entrevista.
Hasta hace poco, los bancos canadienses eran considerados lentos, provincianos y demasiado conservadores para prosperar en el boom global de las instituciones financieras. Pero ahora que los bancos en EE.UU. y Europa están sufriendo pérdidas por préstamos y enfrentan un creciente escrutinio y control de sus gobiernos, los seis mayores bancos canadienses son vistos como un posible modelo.
TD Bank, Royal Bank of Canada, Bank of Nova Scotia, Bank of Mon‐treal, Canadian Imperial Bank of Commerce y National Bank of Canada registraron en conjunto más de 3.000 millones de dólares canadienses (US$2.560 millones) en ganancias en el último trimestre de 2008.
TD Bank, con sede en Toronto, está buscando posibles blancos de adquisición en EE.UU.
"Encajaría bien en su estrategia general de generar depósitos esenciales de largo plazo a través de sus sucursales", señala Derek Ferber, un analista de la firma de investigación SNL Financial LC.
En 2005, Clark cerró la división de productos estructurados de TD Bank, a pesar de una creciente ola de ganancias de ese negocio. La medida fue posible gracias a la constante, y quizás aburrida, rentabilidad de la red de sucursales de
TD Bank.
La retirada ayudó a TD Bank a evitar las enormes pérdidas sufridas por muchos bancos estadounidenses y europeos debido a activos titularizados como las hipotecas de alto riesgo.
A principios de los años 80, el auge y el colapso del sector energético y otras partes volátiles de la economía canadiense que depende de los recursos naturales contribuyeron a la quiebra de casi 20 pequeños bancos. Eso provocó cambios que están beneficiando a las instituciones financieras del país durante la actual crisis.
Canadá también consolidó y simplificó su regulación bancaria en una sola institución federal. En EE.UU., en cambio, un mosaico de reguladores federales y estatales ha hecho más difícil responder de manera unificada cuando surgen problemas.
Los cinco mayores bancos de Canadá poseen más del 85% de los activos bancarios del país. Sus redes de sucursales proporcionan una fuente de financiamiento confiable y geográficamente diversa. Sin embargo, la alta concentración de poder financiero normalmente es vista con escepticismo por los canadienses, algunos de los cuales se quejan de que el poder de la industria resulta en tasas de interés más altas para préstamos y menos innovación.
Fuente: WSJ