El presidente del BCE ha insistido en prevenir de una futura retirada, "gradual", de las medidas anticrisis, si bien todavía "es demasiado pronto para decir que la crisis ha pasado". Pero a modo de advertencia, Trichet ha alertado en su mensaje sobre el riesgo de "adicción" a la elevada liquidez fruto de las ayudas oficiales.
Un congreso financiero en Fráncfort ha acogido los últimos comentarios de Jean Claude Trichet sobre uno de los temas más presentes en los mercados, el de las estrategias de salida de la crisis en las políticas monetarias.
La retirada de las medidas excepcionales introducidas en los peores momentos de la crisis se realizará de forma "gradual", como se ha encargado de reiterar el presidente del BCE, antes de dejar claro que la piedra angular será su vínculo con nuestro objetivo prioritario, la estabilidad de precios.
Por ello, ha añadido que cualquier medida no convencional cuya continuidad plantee una amenaza para lograr la estabilidad de precios debe deshacerse rápidamente e inequívocamente.
Trichet ha utilizado un símil médico para justificar la necesidad de retirar, cuando sea oportuno, estas medidas anticrisis. Según el presidente del BCE, el uso prolongado de una medicina fuerte puede crear dependencia, incluso "adicción", y no pueden ser "una solución permanente".
Respecto a la evolución económica, Trichet avisa que "es demasiado pronto para declarar que la crisis ha terminado". En un tono más positivo, reconoce que los últimos acontecimientos financieros han sido más benignos, si bien matiza qu parte de estos progresos se han producido gracias al volumen significativo de apoyo oficial.