2010/12/09

La Fed no alteraría el curso de la política monetaria, por ahora

Por Jon Hilsenrath

La Reserva Federal de Estados Unidos (Fed) probablemente deje la política monetaria sin cambios en la última reunión del año que se realizará la próxima semana mientras evalúa el impacto de su programa de compra de bonos y el debate sobre los impuestos que se desarrolla en Washington.

La Fed ha sido el blanco de ácidas críticas, tanto dentro como fuera de EE.UU., por su plan de comprar US$600.000 millones en bonos del Tesoro divulgado a comienzos de noviembre. El programa, cuyo objetivo es mantener bajas las tasas de interés de largo plazo, ha sido acusado de generar presiones inflacionarias o sentar las bases para una nueva burbuja de activos.

La Fed, sin embargo, no ha expresado ninguna inclinación a cambiar de rumbo o alterar el mensaje que está enviando respecto al programa. Aunque las perspectivas de que se mantengan los actuales niveles de impuestos y un leve repunte del crecimiento económico podrían reducir los incentivos del banco central para ampliar las compras, el alto desempleo y la baja inflación le dan pocos incentivos para emprender un repliegue.

Ben Bernanke, presidente de la Fed, está dejando sus opciones abiertas. "Esto no es algo que pusimos en piloto automático hacia adelante", dijo en una entrevista con un programa de noticias la semana pasada. "Queremos seguir pensando al respecto, si necesita un cambio, si necesita ser incrementado o reducido o modificado", explicó.

Varios factores incidirán en la reunión de la Fed prevista para el 14 de diciembre.

Perspectivas de crecimiento levemente mejores: La economía estadounidense podría estar cobrando un poco de impulso, pero no el suficiente como para que ya no necesite el apoyo de la Fed. A pesar de que el informe del empleo de noviembre fue decepcionante, otros indicadores como las ventas minoristas, las solicitudes de subsidios de desempleo, los datos industriales y evidencia reunida por los 12 bancos de la Reserva Federal apuntan en la dirección de un crecimiento más firme.

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La economía ha estado creciendo a una tasa anualizada de poco más de 2% por más de seis meses, menos de lo que Bernanke ha descrito como la "velocidad de escape" necesaria para asegurar una expansión sostenida. La economía tiene que alcanzar una tasa anualizada de entre 3% y 3,6% el próximo año para cumplir con las modestas expectativas del banco central.

Política fiscal incierta: Bernanke solamente obtuvo una parte de lo que quería en el acuerdo que el gobierno de Barack Obama cerró con los legisladores republicanos para extender los recortes impositivos de George W. Bush e incluir nuevos estímulos como una reducción temporal en el impuesto a las nóminas. Bernanke quiere pasos adicionales para alentar el crecimiento en el corto plazo, pero también pretende un plan de largo plazo para reducir el déficit fiscal. Los recortes impositivos podrían aumentar el crecimiento estadounidense en medio punto porcentual o más en 2011, pero también aumentan el déficit presupuestario.

La incertidumbre respecto a las perspectivas fiscales dan a la Fed un incentivo para mantener la política monetaria sin cambios por ahora. Si los recortes de impuestos estimulan el crecimiento, empeoran el déficit o generan nuevas preocupaciones inflacionarias, la Fed podría decidir no llevar el plan de los bonos más allá de los US$600.000 millones o incluso reducirlo. Pero todavía no llega a ese punto.

Evaluación del plan de compra de bonos: El programa no logró reducir las tasas de interés de largo plazo como se esperaba. Los rendimientos de los bonos del Tesoro a diez años subieron de 2,5% a 3% cuando Bernanke empezó a esbozar públicamente la idea a fines de agosto. Pero altos funcionarios de la Fed han argumentado que el programa ha facilitado ligeramente las condiciones financieras en general.

Los precios de las acciones subieron 14% desde fines de agosto y algunos funcionarios del banco central dicen que las tasas a largo plazo serían todavía más altas si no se hubiera puesto en marcha el plan. Otros factores, indican, han movido a los intereses recientemente, incluyendo el tono más positivo de las cifras económicas y el reciente acuerdo tributario. Los problemas de Europa también han fortalecido al dólar, lo que no estaba en los planes de la Fed.

Fuente: WSJ