2010/06/17

La Fed evalúa el panorama tras la crisis europea

Por Jon Hilsenrath

La Reserva Federal de Estados Unidos ha comenzado a debatir con discreción qué pasos tomarían si la recuperación se frustra inesperadamente o si la tasa de inflación cae mucho más.

Los funcionarios del banco central estadounidense, que se reunirán la próxima semana para evaluar la salud de la economía creen que la recuperación marcha sobre ruedas y su próximo paso será restringir el crédito, no flexibilizarlo, aunque aún falta mucho para ello. El presidente de la Fed, Ben Bernanke, ha relativizado el riesgo de una recaída e indicado una confianza cauta en la economía.

No obstante, los problemas fiscales en Europa, las caídas bursátiles y el alto desempleo en EE.UU. han alertado al banco central sobre los riesgos de que la economía pierda su impulso y la inflación, que ya se ubica por debajo del objetivo informal de la Fed de entre 1,5% y 2%, pueda caer más y aumente el riesgo de deflación.

Es improbable que la postura oficial de la Fed cambie cuando las autoridades se reúnan el 22 y 23 de junio. Se prevé que el banco central deje las tasas de interés cerca de cero y no dé señales de cambiarlas durante un tiempo largo. Pero las discusiones tras bambalinas podrían abarcar temas como lo que sucedería si la economía estadounidense tiene un desempeño inferior al esperado.

"Si los eventos en Europa se desarrollan de forma tal que tienen un impacto más severo y amplio en los mercados financieros, entonces la magnitud de los problemas para EE.UU. podría aumentar", indicó Charles Evans, presidente del Banco de la Reserva Federal de Chicago, en un discurso la semana pasada.

Brian Sack, director del poderoso grupo de mercados de la Fed de Nueva York, se ha referido a los riesgos "de dos caras" para la economía; es decir que el riesgo de que el crecimiento y la inflación podrían ser más bajos, pero también y más altos de lo esperado.

Algunos de los "halcones" de la Fed, quienes suelen preocuparse más por un aumento en la inflación, también han divisado riesgos en el horizonte económico. "La situación de la deuda soberana europea es seria y hay muchas preguntas sin respuesta sobre cómo se evolucionarán los acontecimientos", afirmó James Bullard, presidente de la Fed de St. Louis, en Tokio el lunes.

Bullard prevé que la recuperación estadounidense siga su curso y que en septiembre recupere los niveles previos a la recesión.

La Fed planea desde hace meses una salida de las políticas de dinero fácil y ha dejado que venzan varios programas de emergencia. Las conversaciones durante reuniones recientes se han dedicado a este tipo de temas, como vender algunos de los valores respaldados por hipotecas que la Fed compró durante la crisis.

Los funcionarios no descartan la posibilidad de que los mercados pudieran estabilizarse y que la economía pudiera producir unos meses de robusto crecimiento de empleos y sólido gasto en consumo e inversión empresarial, lo que los haría más proclives a empezar a subir las tasas de interés antes de lo que prevén los mercados, que es a principios de 2011.

Pero si la recuperación fracasa, o la deflación amenaza con hacerse realidad, hay por lo menos dos caminos que puede tomar la Fed.

El primero es comprar activos. Durante la crisis financiera, la Fed compró US$1,25 billones (millones de millones) en valores respaldados por hipotecas, además de emisiones de deuda de Fannie Mae, Freddie Mac y el Departamento del Tesoro. Bernanke ha indicado que esos pasos ayudaron a bajar las tasas de interés a largo plazo, incluidas las de las hipotecas.

La Fed podría volver a realizar algunas adquisiciones, aunque no queda claro si tendrían un efecto tan potente como las de 2008 y 2009, debido a que las tasas a largo plazo ya son bajas.

La Fed también podría tomar un camino intermedio. Ahora, no reinvierte el efectivo que obtiene cuando los valores respaldados por hipotecas son pagados por los prestatarios. Si la Fed reinvirtiera ese efectivo —que según las proyecciones ascenderá a alrededor de US$200.000 millones hasta 2011— en bonos hipotecarios o bonos del Tesoro, ayudaría a mantener el sistema financiero lleno de dinero y podría mantener bajas las tasas de interés.

La Fed también podría cambiar su lenguaje. Desde marzo de 2009, el banco central afirma que su plan es mantener bajas las tasas de interés a corto plazo durante "un período extendido". Un fortalecimiento de esta postura podría contribuir a impedir que suban las tasas de interés a más largo plazo.

Fuente: WSJ